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El escenario comercial a nivel mundial cambió hace una semana. El pasado miércoles Donald Trump hacía oficial su amenaza de aplicar aranceles a los productos procedentes de fuera de Estados Unidos. A más de seis mil kilómetros de Washington, en un territorio seguramente desconocido para el jefe de la Casa Blanca, ese gravamen del 20% anunciado –salvo para la industria de la automoción que es del 25%– cayó como una losa para muchas pequeñas y medianas empresas de La Rioja. «Ya hemos salido de dudas. Trump ha acabado con la incertidumbre. Pero la conclusión no es buena», vienen señalando diferentes ejecutivos y cargos directivos de las compañías empresariales de la región.
La cifra de 116 millones de euros que se exportaron el año pasado en diferentes productos desde nuestra comunidad autónoma al gigante norteamericano es «complicado» que se repita y, como dijo el presidente de la patronal riojana en una entrevista concedida a este periódico el pasado domingo, «si antes mirábamos al Oeste, ahora habrá que empezar a mirar al Este». Poner el foco en el continente asiático (China, Japón, India...), como propuso Eduardo de Luis, es una de las alternativas que ya se plantean compañías como Industrias Cárnicas El Rasillo, que envía a Estados Unidos cuatro de cada cinco jamones que elabora con la marca Monte Nevado –en torno de 160.000 unidades en total al año–.
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El sector de la alimentación puede ser uno de los damnificados. Palacios Alimentación, con planta productora en Miami –hace chorizo para ese mercado americano– pero sobre todo distribuidora de todo lo que se elabora en Albelda, también puede sufrir impacto. Las fábricas conserveras, igualmente, tienen cierto mercado en Estados Unidos, como por ejemplo Eurochamp, y entre las de pescado y marisco y las de productos vegetales exportaron por valor de 13 millones en 2024, mientras que Lácteos Martínez vende un 3% de su producción de queso Los Cameros, la mitad de lo que exporta.
El director de ventas internacionales de la compañía jarrera, Mario Pérez, recuerda que Trump en su primer mandato ya aplicó un arancel del 25% y la exportación bajó casi en la misma proporción. «Nos va a afectar, así que el importador ya piensa en descuentos y regalos para perder lo menos posible», apunta.
Ahora las empresas buscan herramientas para que ese gravamen que sufrirá el producto 'made in La Rioja' nada más cruzar la frontera estadounidense no lo asuma en su totalidad el cliente final porque «entonces las ventas van a bajar con total seguridad», es la advertencia general.
El vino de la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja tiene en Estados Unidos su tercer cliente internacional después de Reino Unido y Alemania con 10,4 millones de litros exportados el último año y un porcentaje similar en el volumen de la comercialización internacional, pero el valor de las botellas de la DOCa representaron un 15%. El director general de Viñedos y Bodegas Sierra Cantabria, compañía con un volumen notable de exportaciones a EE UU, reconoce que «es un mercado en el que muchos queremos estar con nuestros vinos, hay que intentar mantenerse porque si no el lugar lo ocuparán otros».
Entre las compañías más exportadores de La Rioja está Euro Seating Ezcaray, que lleva sus butacas a 130 países. El 30% de su producción cruza las fronteras españolas y acaba en el continente americano, pero apenas un 5% entra en Estados Unidos, «Los aranceles son una herramienta con la que suelen protegerse muchos países, no es nuevo, Brasil tiene un 55%, es el mercado», explica Gonzalo Robredo, director general, que reconoce que ahora «el problema es que han abierto el melón y nadie sabe el alcance que va a tener esto».
La incertidumbre es máxima, incluso en empresas como Garnica cuyo producto estrella, el tablero contrachapado de madera, está por el momento incluido en la lista de exentos. A pesar de esa buena noticia, nadie tiene la seguridad de cómo evolucionarán los acontecimiento. «Ni si nuestros productos, aunque no vayan directos» al gigante norteamericano –y por lo tanto no sufrirían aranceles directos–, «pueden acabar en Alemania y Francia y si las empresas de esos países sufren caídas de ventas y nos comprarán menos a nosotros», relatan desde otros sectores estratégicos de La Rioja, y quizá afectados, como la automoción o el calzado.
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