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Un bar de Logroño en penumbra tras el apagón del 28 de abril. J. MARÍN
Encendido progresivo

Energía del agua y del gas para recuperar la electricidad

Alberto Falces, doctor en Ingeniería Eléctrica por la Universidad de La Rioja, recuerda que hasta el pasado día 28 «un apagón completo era un problema puramente teórico»

Víctor Soto

Logroño

Martes, 6 de mayo 2025, 20:09

Sobre el papel, los ingenieros eléctricos sabían qué había que hacer para encarar un apagón como el producido el pasado 28 de abril en España, Portugal y el sur de Francia. Sobre el papel... porque nunca se había producido una situación similar. «Un 'blackout', un cero de generación, era un problema puramente teórico que se estudiaba como tal y sobre el que se hacían simulaciones», explica Alberto Falces, doctor y profesor de la Universidad de La Rioja.

Sin embargo, lo que jamás había sucedido pasó y puso sobre la mesa las debilidades del sistema dependiente del fluido eléctrico. «No somos conscientes de lo importante que es la electricidad hasta que deja de estar y el mundo moderno desaparece ante nuestros ojos», sintetiza el ingeniero.

«Lo vivido debe hacernos pensar de manera global en el sistema para evitar que se produzca de nuevo»

Alberto Falces

Profesor de la UR

En primer lugar, se trata de una cuestión de tamaño: «Cuanto más grande es el sistema, más difícil es que se produzca un apagón, pero también resulta muchísimo más difícil de recuperar». Falces asegura sentirse «sorprendido y gratificado» por que la solución al caos se materializase en unas horas «cuando la teoría hablaba de una semana».

Pero, ¿cómo se logra revertir la catástrofe? En casos de colapso energético, lo más importante es «intentar conectar centrales de base con generadores síncronos, capaces de funcionar por sí solos». Los asíncronos, como la energía eólica, necesitan de la red eléctrica para generar, por lo que quedan descartados. «Así que se puede contar con la nuclear, con las centrales hidroeléctricas, con otros sistemas internacionales...», añade.

La reconexión debe producirse poco a poco («isla a isla», sintetiza Falces) para evitar más caídas. Y eso explica que la luz fuese apareciendo antes en unas zonas que en otras. «El día 28 se pudo contar con la energía procedente de los cables de Francia y de Marruecos, por lo que en las zonas cercanas se recuperó el fluido antes. Después, se activó el sistema hidroeléctrico del Duero, lo que permitió producir y energizar parte del sistema. Mientras, en Cataluña, que cuenta con centrales nucleares en funcionamiento, también se pudo hacer antes. Y también se apoyaron en las centrales de ciclo combinado [en La Rioja hay una en Arrúbal] que sirvieron para dar tensión a distintas zonas, que se van interconectando mediante subestaciones», añade.

Estabilidad

Se puede generar, pero el consumo siempre debe ser parejo a la producción para evitar recaídas. Y, al mismo tiempo, debe situarse en una línea de estabilidad que marca la frecuencia constante de 50 hercios.

Así se van 'iluminando' segmentos del gran puzle, aunque nada es aleatorio. Por ejemplo, las grandes ciudades, las zonas que cuentan con hospitales, con centrales que necesitan energía, las instalaciones críticas... van primero. «Hay un protocolo y, poco a poco, las islas se van enganchado unas a otras, pero no muy rápido, porque se puede desestabilizar», incide Falces.

«Dentro del drama, porque es un drama que ha costado vidas, podía haber sido mucho peor con los pantanos vacíos o en otras condiciones», insiste el doctor y profesor de la Universidad de La Rioja. «Lo vivido la pasada semana debe hacernos pensar de manera global en el sistema (generación, distribución...) para evitar que estas situaciones se puedan producir de nuevo», concluye.

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