¿Quiénes son ahora los dueños de UNIR?

Subida en una ola aparentemente incesante de expansión internacional, con su crecimiento en Hispanoamérica como gran objetivo, la propiedad de UNIR decidió hace unos meses abrir una parte significativa de su capital (cerca del 30%) a sociedades de capital. ¿Para qué? Para que esas sociedades inyecten dinero que permita afrontar esa expansión con más músculo, a cambio de, por un lado, una parte de los beneficios y, por otro, la perspectiva de poder vender su participación en unos años con beneficio si la empresa sigue con su crecimiento. Es decir, el negocio tradicional de los fondos de capital.

Esos inversores han provocado, eso sí, un cambio importante: para proteger el valor de sus acciones y evitar movimientos indeseados, han impuesto que Proeduca, que cotiza en bolsa (en el BME Growth, el mercado especializado en pymes de la bolsa española) salga de ella.

¿Cómo queda pues ahora el capital de UNIR o, mejor dicho, de Proeduca Altus, la sociedad propietaria de la universidad riojana? ¿Quiénes son sus propietarios?

Miguel Tomás Arrufat Pujol, el fundador de UNIR, sigue siendo el máximo accionista y principal responsable en la toma de decisiones de la que es, al fin y al cabo «su» criatura desde su nacimiento, en 2009.

De su iniciativa surgió la primera universidad cien por cien online en España. Arrufat, tarraconense licenciado en filosofía, seguirá reteniendo la mayoría del accionariado de Proeduca, el 51%.

La Société Financiére de Transports et d'Entrepises Industrielles, Sofina, es una de las empresas más grandes de Bélgica por capitalización bursátil. Es un gigante de la inversión a escala internacional, que opera en tres continentes y en prácticamente todos los sectores: desde telecos, bancos y bienes de consumo hasta energía y alimentos.

Es una empresa centenaria (fundada en 1898) que fue durante sus primeras décadas uno de los mayores operadores de tranvías del mundo. Hasta que alrededor de la década de los 50 dio un giro a sus negocios para convertirse en una potentísima inversora a escala mundial.

Portobello Capital es un fondo de inversión de 'private equity', es decir, una firma especializada en tomar una parte de una empresa habitualmente no cotizada en bolsa, de carácter familiar o personal, e invertir en ella para, en un plazo breve (de 3 a 5 años, por ejemplo) vender esa participación más cara. Es decir, una firma de este tipo apuesta por que la compañía en la que invierte va a tener un crecimiento a corto plazo importante, y que ese crecimiento revalorizará su participación.

En algunas empresas se da un ciclo de inversionistas de este tipo que entran, invierten unos años, venden con beneficio y salen. La más notoria en La Rioja quizá sea Palacios, la empresa de alimentación de Albelda, que ha pasado por las manos de varios de estos fondos en los últimos años sin detener su crecimiento.

La que nos ocupa, Portobello, es española, y fue fundada en 2010 por Iñigo Sánchez Asiáin. Su cartera supera los 2.000 millones de euros, y participa en una treintena de empresas de lo más variado. Desde empresas de alimentación (Condis, Eurocebollas, Sabater, Angulas Aguinagha, Mediterránea, The Ice Cream Factory) hasta cadenas hoteleras (Bluesea) firmas relacionadas con la salud y los servicios sociales (Vivandental, Vitalia, Indas) y hasta empresas diversas, como la especializada en álbumes de fotos digitales Hoffman, la cadena de ropa de mujer Festa o la firma legal Legálitas.

Asúa Inversiones es el brazo de inversiones de la familia Urrutia, liderada por Víctor Urrutia, uno de los empresarios más importantes del País Vasco, hombre de largo recorrido con presencia e inversiones en compañías muy conocidas. Por ejemplo, es el accionista mayoritario de la Compañía Vitivinícola del Norte de España, CVNE, y su CEO.

Urrutia (que tiene 82 años) dio entrada en Asúa Inversiones el pasado año a sus cuatro hijos (Víctor, Ana, Juan Ramón y María del Dulce) para ir preparando su relevo.

Otra sociedad de inversiones de un nombre muy conocido en el tejido empresarial español. Renta Génova es el vehículo inversor en UNIR de Antonio Briones, el jarrero que hizo fama y fortuna como copropietario de la cadena hotelera Tryp. Con muchos otros intereses (inmobiliarios, energéticos, agroalimentarios y ganaderos) y una conocida pasión por la tauromaquia, Briones es por ejemplo propietario del famoso hierro Carriquiri.

Al tratarse de una empresa cotizada, el resto del capital está repartido entre inversores de menor tamaño, ninguno de los cuales alcanza siguiera el 0,3% del capital. Ahí aparecen firmas de inversión como las alemanas Discover Capital GmbH y PEH Wertpapier AG, o las españolas Gescooperativo, Renta 4 o A&G.