Cuatro de cada cinco personas que trabajan a jornada parcial en La Rioja son mujeres
La alta incidencia de horarios reducidos en sectores feminizados y la asunción de los cuidados familiares justifican en buena medida esta brecha laboral
A las puertas de la celebración del Día Internacional de la Mujer, nuevos argumentos siguen refrendando la importancia de esa efeméride, como los que ... aporta el resumen anual de la Encuesta de Población Activa (EPA), que, entre muchos otros asuntos, confirma que la brecha de género por tipo de jornada laboral sigue siendo alta y su reducción de los últimos años, demasiado escasa. En 2024, 15.200 riojanas trabajaron a tiempo parcial, un 78,4% del total de personas ocupadas en esta modalidad de jornada, mientras que los hombres asumen todavía seis de cada diez contratos a tiempo completo.
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Fue el pasado un año de retroceso en algunas cuestiones, y después de un 2023 en el que se redujo al nivel más bajo de los últimos tiempos la proporción de mujeres que trabajaban a jornada parcial, volvió a repuntar el dato tanto en números absolutos como en porcentaje. Se trata de una cuestión que incide en la mayor precariedad que padecen las mujeres en el mercado laboral, junto a otros elementos como unos salarios más bajos o la mayor tasa de temporalidad, en buena parte de los casos, íntimamente relacionados.
En cuestión de parcialidad, el abismo es evidente, y es que en 2024, el 22,7% de las trabajadoras riojanas contaban con este tipo de jornadas incompletas, mientras que en los hombres la proporción se reduce al 5,2%. Es decir, que ellas asumieron el 78,4% de los empleos parciales. En la vertiente opuesta, casi el 95% de los hombres contaron con contratos a tiempo completo, por el 77,3% de las mujeres. Seis de cada diez de estas jornadas fueron para ellos.
En los últimos tiempos la mejora es limitada. La mayor parcialidad femenina se produjo en los años posteriores a la gran crisis económica de 2008, llegando a representar casi el 30% de sus empleos. Ahora es de siete puntos menos, si bien la brecha de género se mueve en baremos muy similares.
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¿A qué se debe esta notable diferencia? Uno de los elementos determinantes es que la parcialidad repercute de forma especialmente intensa en sectores ampliamente feminizados, según refrenda la EPA: Hogar (donde afecta a la mitad de las trabajadoras), cuidados, hostelería, comercio, actividades artísticas y recreativas, administración... Sin embargo, no queda ahí, y es que en la totalidad de los sectores, la tasa de parcialidad es superior para las mujeres.
En el caso de La Rioja, como actividades más destacadas, en el último trimestre del año, comercio y hostelería asumían un 30% de las jornadas parciales y el 24,4% la administración pública, educación y actividades sanitarias. «En muchos casos se trata de sectores con horarios muy marcados, con jornadas que suponen un tetris y en las que prima más el interés de la empresa para organizarse bien y cubrir huecos que la conciliación o el bienestar de las trabajadoras», señala Marian Alcalde, responsable de Comunicación y Políticas Sociales de CC OO La Rioja.
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En la mayoría de situaciones, tener un horario reducido no es una decisión voluntaria. La propia EPA revela que el pasado año, el 38% de las mujeres que trabajaban en jornadas parciales lo hacían por no haber podido encontrar un empleo a tiempo completo (frente al 27% masculino), pero es más significativo que la causa en el 29% de los casos es el cuidado de los menores u otro familiar, algo que solo ocurre en el 7% de las ocasiones entre los hombres.
La brecha es significativa y tradicional. «Quienes terminan asumiendo las tareas de cuidados de hijos, dependientes o mayores son las mujeres. Al final, muchas familias echan números en su economía: si el hombre reduce su jornada vamos a perder tanto, si lo hace la mujer, menos porque su salario es normalmente más bajo», aporta Marian Alcalde.
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Lagunas laborales
La precariedad termina convertida en una pescadilla que se muerde la cola: menos horas, menos sueldo, menos estabilidad, menos capacidad de mejora laboral... «Es una situación que limita la presencia femenina en puestos de mayor responsabilidad, dificulta la promoción profesional de las mujeres, impacta en salarios y prestaciones como el paro o la pensión, les ofrece menor independencia económica...», explica Yolanda López, secretaria de Igualdad de UGT La Rioja. Marian Alcalde añade que «cuando ves las cotizaciones a lo largo de la vida laboral de las mujeres se aprecian todas esas lagunas».
Ante esta situación, desde las organizaciones sindicales reclaman políticas que ataquen las causas de esta incidencia de la parcialidad femenina. «Son necesarias políticas que promuevan la igualdad de acceso al empleo, que impulsen la contratación indefinida y a tiempo completo en la misma condición que los hombres y que mejoren la conciliación y fomenten la igualdad en los cuidados», resume Yolanda López. «Es fundamental potenciar la corresponsabilidad, que los permisos por cuidados sean siempre retribuidos porque sino acaban repercutiendo en la mujer», comenta Alcalde, incidiendo además en que «debe promocionarse la contratación de mujeres en sectores que no sean los estrictamente feminizados, así como la promoción y los ascensos».
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La temporalidad, otra problemática que afecta más a ellas
La brecha no es tanta con el caso de la parcialidad, pero también afecta en mayor medida a mujeres que a hombres el empleo con contratos temporales. El pasado año, frente al 6,5% de los hombres que contaban con esta modalidad de empleo, en el caso de ellas se elevaba al 9,1%. En este caso, la diferencia se está incrementando, y es que pese a que la reforma laboral logró reducir la temporalidad, no lo ha hecho de forma pareja: el descenso masculino es más pronunciado. Como ocurre con las jornadas parciales, se debe en buena medida a los sectores más afectados o a la mayor asunción de responsabilidades familiares.
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