«Las subvenciones no existen y no espero ningún tipo de ayuda»

«Es posible que me vea obligada a traspasar uno de mis locales. Lo acababa de abrir, y esta situación puede hacer que tenga que cerrarlo». Así de crudo puede ser el futuro de Cristina Zabala, propietaria del Ágora y del Hidra en la ciudad de Haro, dos bares destinados a la juventud jarrera, y que como todos en la localidad riojalteña, ven con incertidumbre el futuro más inmediato.

En el caso de Cristina, y a pesar de las dificultades, cree que su situación no es tan dramática como la hostelería. «En mi caso –añade– todo el material ya lo tengo porque es imperecedero, pero los restaurantes por ejemplo se van a tener que proveer de nuevo».

No obstante, la gerente jarrera asegura que tiene que pagar todo. Explica también que ha tenido que realizar un ERTE con las dos trabajadoras contratadas a su cargo y cree que «a la hora de solventar los alquileres, me van a ayudar algo los dueños». «Por lo demás –asegura– las ayudas no existen y no las espero».

La emprendedora tiene claro que «la hostelería es lo que mueve la economía del país, y a Haro lo mueve el vino, y si no hay bares para que se venda, la gente no vendrá». Además, «ahora llega Semana Santa, y el daño que vamos a sufrir podría ser irreparable».