Rioja Alavesa restringirá el horario y el aforo de los bares por temor a rebrotes

En las terrazas, que hasta ahora podían permanecer abiertas hasta las 1.30 horas, no se podrán servir bebidas más allá de la medianoche. Y desde las 0.30, la Ertzaintza tendrá orden de comenzar a multar. Pero ante la previsión de que ese adelanto horario se traduzca en trasladar el problema al interior de los locales, los municipios reducirán el aforo de los establecimientos hosteleros por metros cuadrados. «Es como volver a una fase 2-3 suavizada», aseguró uno de los alcaldes que asistió a la reunión de ayer.

La diferencia de criterios entre municipios sobre el cierre de las terrazas y la falta de una ordenanza clara sobre los veladores provocó cierta confusión e incluso algún altercado con la Ertzaintza y los vecinos. Los ayuntamientos de Rioja Alavesa, además observan el ocio nocturno como uno de los principales puntos de riesgo de la pandemia.

El positivo registrado ayer en la localidad de Leza, que pertenece a un hombre que estuvo en contacto con un trabajador de la zona, terminó de enterrar la calma tensa en la que se encontraba la región cuando falta poco más de un mes para que comience la vendimia. Es más, algún regidor advirtió en la reunión de que la situación actual es «más delicada» que en mayo, de modo que los ayuntamientos acordaron unificar criterios y extremar precauciones.

Laguardia habilitará su frontón en caso de que sean necesarias pruebas PCR masivas y se plantea el convento de Oion como posible recinto para alojar a eventuales aislados por contacto directo de contagiados. Las medidas están dirigidas a diseñar un plan de contingencia cuando la región se prepara ya para la vendimia, la principal actividad laboral y económica de Rioja Alavesa.

La contratación de temporeros será inminente por el largo proceso que conlleva en este escenario de «incertidumbre». El número de trabajadores deberá ser registrado, lo que facilitará el seguimiento en caso de contagio, y se les deberá garantizar el alojamiento y las condiciones higiénicas y de desinfección. El margen de tiempo, por lo tanto, es ya escaso.

Mientras tanto, en Vitoria continúa el cierre de locales de hostelería. La plaza de Amárica, ayer sobre las 14.45 horas, y el barrio de El Pilar, la noche del martes, asistieron a las últimas clausuras de negocios señalados por tener algún positivo en sus plantillas.

Respecto al restaurante de Amárica, al parecer, una camarera tendría el coronavirus. Razón por la que agentes de la Ertzaintza se personaron a la hora de la comida y lo precintaron hasta que la plantilla se haga los tests. Hubo más de 50 identificados por protocolo. Algo similar ocurrió en un bar de El Pilar. Esta actuación corrió a cargo de la Policía Local.