El corazón jarrero late contra el virus
Nace en Haro un grupo de voluntarios formado por casi 300 personas con el objetivo de ayudar a los colectivos más castigados por el COVID-19
«No hay nada más noble que el corazón de un voluntario». Una frase de película que adquiere todo su significado en la situación que la sociedad vive en la actualidad y que ha sido provocada por la crisis del coronavirus. Ahora más que nunca, el altruismo entre la población está saliendo a relucir en todo su esplendor, porque no hay labor más noble, que hacer algo por los demás sin esperar recibir nada a cambio.
Esto es lo que ha debido pensar una joven jarrera que ha creada la página de Facebook 'HARO-Solidaridad COVID-19' y que ayer contaba con 288 voluntarios. «Yo quería ayudar a nivel individual, y pensé en reunir a la gente de Haro que estuviera interesada, pero jamás pensé que pudiéramos llegar a ser tanta gente. Estoy gratamente sorprendida», señala la precursora de la idea.
Esta iniciativa nace con el objetivo de prestar ayuda a los grupos de riesgo por el coronavirus como la gente mayor o con inmunodeficiencias, al igual que a personas que se encuentran en cuarentena total y no pueden salir de sus hogares, sin que dispongan de gente cercana que puedan realizarles tareas como hacer la compra o sacar a pasear a sus mascotas. Desde el grupo solidario destacan casos de ayuda concreta como, por ejemplo, «un chico que se encuentra aislado tras haber dado positivo por el COVID-19, y que se ha prestado para labores de coordinación. También una chica que trabaja en una farmacia y se ofrece para llevar las medicinas». En definitiva, dar sin esperar recibir. Un lema que cientos de jarreros han decidido hacer suyo por y para los que por unos u otros motivos necesiten ayuda en esta crisis del coronavirus.
Por otra parte, la animación musical volvió a ser protagonista en la ciudad de Haro. En esta ocasión, con la celebración de los cumpleaños de los más pequeños el sábado y de los mayores el domingo. La localidad vecina de Casalarreina también celebró el pasado sábado su particular fiesta de disfraces. Los casalarreiteros no dudaron en decorar sus balcones y disfrazarse para el disfrute de los más pequeños.