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Cien mensajes de amor a Escolapias
La puerta del centro se llena de escritos y dibujos de apoyo y como muestra de rechazo a la decisión de Educación de eliminar dos líneas de enseñanza en el colegio
Mi colegio, mi casa, años de felicidad, valores y libertad. Son algunas de las palabras más repetidas en los mensajes que esta semana han ido apareciendo en la dura verja de la puerta -hasta poblarla, un centenar- del colegio logroñés de las Escolapias. Setenta y cinco años ha cumplido el centro, pero no es ésta la razón de las misivas, sino la defensa de la escuela concertada frente a las últimas decisiones tomadas por el Gobierno riojano. La consecuencia directa es la eliminación de dos de las líneas de enseñanza en este centro que considera que tendrá que despedir a dos de sus profesores.
Mientras se preparan las alegaciones, tienen diez días de plazo según anunció este martes el Ejectivo regional, los padres de los niños del colegio, los escolares, ex alumnos... han vertido palabras de cariño para el que es su «colegio» y han quedado enganchadas en su ya histórica puerta. Se pueden ver entre ellos dibujos de los más pequeños, como el de Iván, o en el que se escribe «mi cole también es mi casa» o afirmaciones como «elijo Escolapias», «amo la concertada», con argumentos como «porque es una escuela comprometida, inclusiva, eficiente y participativa». También los hay más personales, auténticas declaraciones de sentimientos por el centro: «Mi cole me lo ha dado todo», «aquí pasé los 12 años más felices de mi vida, ¿por qué no dejan que mis hijos puedan hacerlo?». También hay preguntas y tienen un destinatario claro, el consejero de Educación. «Señor Cacho, ¿quién le dijo a usted dónde tenía que matricular a sus hijos?». Y es que hay mensajes incluso más directos como el que declara «nuestras voces no las calla ni usted ni el coronavirus» y una invitación: «le esperamos en nuestro cole, le esperamos en nuestra casa».
La Asociación de Padres de Escolapias Sotillo también ha dejado el suyo y dice así: «Condenamos el castigo institucional al proyecto del centro y la campaña para evitar que nuestro ideario siga siendo de libre elección para las familias». A su lado pueden seguir leyéndose palabras de apoyo a los profesores, referencias a que las Escolapias son «una familia». «Aquí pasé los mejores años de mi infancia y juventud, eternamente agradecida», «un buen colegio, unos buenos profesores, un buen futuro», «orgullosa de ser escolapia». De lo que espera una de sus profesoras, alguna de sus alumnas también hay rastro emocional, cuando sean madres quieren que sea «el colegio de sus hijos». «Libertad de elección», añaden.