José Manuel Sáez, bombero forestal, en Mansilla de la Sierra. J. M. S.

José Manuel Sáez

Bombero forestal
«El Gobierno regional está ahorrando en extinción de incendios y es un error»

El colectivo reclama que se cumpla con el dispositivo anunciado especialmente «en una campaña estival tan complicada como esta»

Víctor Soto

Logroño

Lunes, 1 de septiembre 2025, 07:33

Con los fuegos que han asolado buena parte de España aún en la retina, los bomberos forestales riojanos llevan meses exigiendo refuerzos y mejoras en ... el sector. Los sindicatos CC OO y UGT han denunciado públicamente incumplimientos por parte del Ejecutivo regional que han llevado a los retenes a operar con uno o incluso dos bomberos menos de los nueve habituales.

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Además de un pulso por el número de efectivos, que debería superar el centenar esta campaña, sobre la mesa están cambios legislativos que obligan a la funcionarización del cuerpo o la Ley Básica de Bomberos Forestales, que reconoce la penosidad del oficio y abre la puerta a una segunda actividad o a una jubilación anticipada. Para José Manuel Sáez, bombero forestal y representante de Comisiones Obreras en el comité de empresa, es el momento de abordar unos problemas que llevan a los agentes a la precarización.

«La gente está muy concienciada. Si somos precavidos se eliminan muchos riesgos de incendio»

– ¿Cuál es la situación de los bomberos forestales en La Rioja?

– Sorprendentemente, está siendo el verano más precario en contratación. Se crearon 22 plazas de fijos discontinuos y la mitad fueron rechazadas porque estaban cubriendo vacantes o buscaban más estabilidad, puesto que el contrato se acaba el 29 de octubre.

–¿Qué supone esa falta de personal?

– Que haya menos gente en los retenes. Yo llevo casi veinte años trabajando y siempre eran nueve los miembros. Este año, en invierno, los retenes están formados por siete, menos dos que cuentan con ocho, y en verano se les ha dejado únicamente con ocho, excepto el de Viniegra, que es de Tragsa cogido con pinzas, ya que son cinco personas, cuando lo mínimo para intervenir son siete. En este caso, además, pedimos que el retén dependa de la comunidad. Así que, volviendo a los números, con que una persona esté mala, deja el retén colgando. Son cifras insuficientes, sin contar con que no se están cubriendo las bajas de larga duración, ni paternidades, excedencias, una vacante...

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– ¿Por qué?

– El Gobierno regional está ahorrando en extinción y es un error. El presupuesto está ahí y en la presentación de la campaña se habló de retenes con nueve personas. Faltan ganas de contratar y este verano se está notando porque no se han cubierto esas plazas. No creo que se pueda usar este dispositivo para ahorrar, sobre todo en una campaña estival tan complicada como esta.

– Además de falta de personal, el colectivo de bomberos forestales también reclama otras mejoras, relacionadas con cambios legislativos. ¿Cuáles son?

– Por ejemplo, la Ley de Función Pública incluye un proceso de funcionarización ya que hasta ahora somos personal laboral. Hablamos hace meses y esperamos que en septiembre se retome porque tiene que estar lista en 2026 y necesitamos un calendario porque el plazo se acaba. También está la Ley Básica de Bomberos Forestales en la que se tratan los coeficientes reductores, la garantía de una segunda actividad para los que no puedan estar en primera línea por temas de salud o la jubilación anticipada. Necesitamos avances en este sentido.

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– En otras regiones, el colectivo ha denunciado falta de formación. ¿Ocurre eso en La Rioja?

– Se realiza un curso de tres días que puede resultar insuficiente, pero la mayor parte de nosotros tiene experiencia, que es lo importante, o está muy relacionada con el monte, ya sea porque ha estudiado o porque vive en un entorno rural. Nos falta experiencia en fuego real, pero aunque es cierto que nos gustaría más formación creo que la que se da está bien encaminada.

– Volviendo al día a día, ¿cómo está siendo el verano en La Rioja?

– Sorprendente y afortunadamente bien y esperamos que siga así. El día de los ocho incendios simultáneos fue muy duro y demostró que estamos en mínimos. ¡Como para mandar gente afuera! El de Mansilla ha sido el incendio más grande, se reactivó y se logró extinguir poco después. Pero es una muestra de lo que puede suceder si hay otra ola de calor. En el monte riojano hay herbazales que dan miedo. Los rayos suelen caer en los cerros, pero si cae uno en el fondo de barranco, sería casi imposible de apagar.

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– ¿Perciben que los incendios en León, Galicia... han servido para que nos demos cuenta de verdad del peligro existente?

– Creo que sí. La gente está muy concienciada, te preguntan qué se puede hacer, si se puede circular por senderos... Eso antes no pasaba. También se ha limitado el uso de maquinaria forestal para evitar chispas. Si todos somos precavidos, se eliminan muchos riesgos de incendio.

– Siempre se dice que los incendios se empiezan a apagar en invierno. ¿Se cumple en la comunidad con esa premisa?

– Se han hecho infraestructuras, pistas amplias, cortafuegos, puntos de agua... Está bastante bien, pero ante un incendio como los que se están desarrollando actualmente resulta insuficiente. El monte tiene mucha maleza porque ya casi no hay ganado, que era el que limpiaba, y eso se nota.

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– ¿Hay medidas que se pueden tomar y que les ayudarían en su lucha contra el fuego?

– Hay muchas, pero una resultaría muy sencilla. Actualmente, alrededor de los pueblos hay muchas fincas llecas que debían estar limpias pero no lo están. Si están cultivadas suponen una protección, pero si no son un peligro porque el fuego se extiende hacia las casas. Los municipios o los particulares deberían mantenerlas desbrozadas para evitar la continuidad del fuego. En caso de un incendio, la protección de las casas desvía efectivos que podrían ser muy útiles en otros frentes.

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