Una cadena educativa

En el año 2000, un drama de firma estadounidense traspasó las pantallas del cine. Aquella película fue 'Cadena de favores', dirigida por Mimi Leder y que protagonizaron actores de la calidad de Haley Joel Osment, Kevin Spacey, Helen Hunt, así como el famoso cantante Jon Bon Jovi. Su origen es anterior, es la historia de la novela -del mismo nombre- de Catherine Ryan Hyde. La importancia de aquel estreno es que resultó ser inspirador. Las cadenas de favores se convirtieron durante un tiempo y en muchos países en un modo desinteresado de cambiar el entorno, de ayudar a los demás.

El concepto ha sido recogido 17 años después por el CEIP San Pío X, de Logroño. Un niño de cada clase, desde los pequeños a los mayores, se unen en un montaje en el que representan esta expresión idealista de la colaboración que, sin embargo, a veces es posible llevar a cabo.

«Fue una actividad previa al Día de la Paz de este año, que hemos terminado al colgar las manualidades de todos los niños del centro», explicaba sobre el vídeo David Yustes Otaño, jefe de estudios del centro. Y es que todos son así protagonistas y, lo que es más importante, los destinatarios de un mismo mensaje: «Hemos querido transmitirles el respeto que hay que tener unos con otros».

Esta es una tierna cadena, que no ata, sino que educa, que destaca que un buen gesto motiva otro, que explica -casi como un juego entre niños- que hay pequeñas acciones que cambian entornos e incluso, como defienden algunos, el mundo.