Ramón Castroviejo Nobajas, de pie y segundo por la izquierda, rodeado de amigos y vecinos.
LA RETINA DE LA MEMORIA

El hijo de los ojos de Sorzano

PILAR HIDALGO

Sábado, 17 de mayo 2014, 23:17

Las fiestas en honor de la Virgen del Roble, a principios de septiembre, no eran tales en Sorzano hasta que no llegaba el doctor Ramón Castroviejo Nobajas. El bollo que tradicionalmente se reparte en esta celebración no se distribuía entre los vecinos hasta que el padre del prestigioso oftalmólogo del mismo nombre, Ramón Castroviejo Briones, no hacía su aparición en este bonito municipio de la comarca del Moncalvillo.

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Ramón Castroviejo Nobajas fue oculista al igual que su célebre hijo, quien alcanzó fama mundial por sus avances en el trasplante de córnea. El primero heredó de su padre, Isidro Castroviejo Nobajas, su pasión por Sorzano. Nació en esta localidad, ya que aunque Isidro se trasladó a vivir a Madrid, donde desempeñaba el cargo de inspector general de Ingenieros, quiso que todos sus descendientes vinieran al mundo en Sorzano. Así enviaba a su mujer, Josefa Nobajas Andrés, a dar a luz al pueblo.

Esto dio pie a alguna anécdota. Cierto día, Isidro avisó de que su esposa llegaría al municipio porque estaba a punto de parir. En aquel entonces, por Sorzano había caído pidiendo limosna un mendigo apodado 'Malgorro'. Era un hombre mañoso y trabajador, por lo que enseguida halló cobijo entre los sorzaneros y se quedó en la localidad haciendo chapuzas.

La familia Castroviejo le pidió que luciera las paredes de la alcoba donde daría a luz Josefa y, tanto esmero puso y gastó tantas arrobas de yeso, que cuando terminó resultó imposible introducir la cama en la habitación.

Ramón Castroviejo Nobajas ostentó el cargo de mayordomo de la Virgen del Roble, la patrona de Sorzano, como ya hiciera su padre, y nunca faltaba a la procesión de las Doncellas, en mayo, ni a la fiesta del bollo de septiembre. Solía acudir con amigos. En la foto que acompaña a este texto puede verse que éstos visten traje, corbata y sombrero; en contraste con los vecinos del pueblo, todos ellos con boina. De modo que cuando el galeno pisaba la localidad, los sorzaneros se decían: «Don Ramón viene con la 'aristogracia'». Insisto en que referían 'aristogracia' en lugar de aristocracia.

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Los hijos de Sorzano, de ayer y de hoy, suelen profesar un enorme cariño por su municipio. Ramón Castroviejo Nobajas compartía este sentimiento y dejaba innumerables muestras de ello. Atendía gratuitamente a los paisanos que acudían a su consulta en aquellos tiempos en que aún no existía la Seguridad Social. De ahí que fuera nombrado hijo predilecto de Sorzano. Su vástago, Ramón Castroviejo Briones, nació ya en Logroño, pero tampoco se olvidó nunca de Sorzano. La localidad se lo agradeció reconociéndole como hijo adoptivo en 1971. No acaban ahí los gestos. Ramón Castroviejo Nobajas cuenta además con una plaza en Sorzano. Por su parte, Logroño recuerda la figura de ambos con la calle de los 'Doctores Castroviejo'.

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