Trump a Zelenski: «Volodímir, ¿puedes atacar Moscú? ¿Puedes atacar San Petersburgo?»
El presidente estadounidense llamó a su homólogo ucraniano el 4 de julio para preguntarle si es capaz de «infligir dolor» a los rusos y obligarles a negociar un alto el fuego
M. Pérez
Martes, 15 de julio 2025, 12:48
Donald Trump le preguntó a Volodímyr Zelenski si Ucrania era capaz de atacar Moscú. «Volodymyr, ¿puedes atacar Moscú? ¿Puedes atacar también San Petersburgo?», le espetó ... el presidente estadounidense durante una conversación telefónica el 4 de julio.
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«Por supuesto que sí. Podemos si nos dan las armas», respondió el líder ucraniano.
El fragmento de la conversación ha sido publicado este martes por varios medios internacionales, precisamente al día siguiente de que Trump y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, acordasen una entrega «récord» de armamento al ejército ucraniano, cuyo mecanismo de envío ya se ha puesto en marcha. El presidente le comunicó a Zelenski su interés en que Ucrania «les hiciera sentir el dolor« a los rusos» con el fin de obligar a Putin a sentarse a negociar un alto el fuego, según informa el 'Financial Times'.
La conversación se produjo un día después de que el líder republicano y Vladímir Putin hablasen por teléfono y el presidente ruso le informara aparentemente de que en los próximos sesenta días pretende renovar la ofensiva en Ucrania hasta dominar los límites administrativos de todo el Dobás. Se trata del territorio que Mocú quiere garantizarse para sí (de hecho, ya lo ha anexionado a su Constitución mediante unos falsos referéndums en 2023) y que no estaría dispuesto a negociar en un proceso de alto el fuego. Trump se soliviantó tanto con esta revelación que luego manifestó su incredulidad al presidente francés, Emmanuel Macron, en otra llamada de teléfono. «Lo quiere todo», le dijo al líder galo sobre la actitud de Putin.
La conversación es también una prueba de la cambiante relación de Trump con Zelenski desde su bronca en el Despacho Oval el 28 de febrero, que terminó con la expulsión del ucraniano de la Casa Blanca. Los dos se han entrevistado más tarde en sendos apartes durante los funerales del papa Francisco en el Vaticano y en la reciente cumbre de la OTAN en La Haya. Después de hablar el 4 de julio y preguntarle si se ve capaz de golpear en Rusia, los asesores de Trump enviaron al Gobierno de Kiev una lista de sistemas de ataque de largo alcance que los países de la OTAN podrían transferir a su ejército.
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La prioridad son los Patriot
No obstante, una cosa es la intención y otra la realidad. A distintos expertos militares les sorprendió el lunes que el presidente estadounidense incluyera en la negociación el envío de misiles que pueden llegar hasta Moscú, sobre todo cuando hace menos de dos semanas estaba dispuesto a privar a Ucrania incluso de las defensas antiaéreas más básicas. Nadie sabe con certeza el encargo que Rutte se lleva de regreso a la sede de la OTAN, pero sí que ocho países aliados están dispuestos a contribuir económicamente.
La prioridad son los Patriot con los que Kiev puede defenderse de los devastadores ataques aéreos rusos. Existen 180 baterías en manos de los ejércitos de todo el mundo y 60 pertenecen a Estados Unidos. Sin embargo, el Pentágono no quiere deshacerse de ellas para evitar quedarse desprovisto de una de las armas defensivas universales más eficaces en la actualidad. Alemania y Noruega se han comprometido a enviar tres equipos a Ucrania, que en la actualidad dispone de seis baterías en activo y dos inutilizadas por avería. Esta circunstancia hace que la región de Kiev sea prácticamente la única defendida por este escudo.
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La operación de envío en sencilla en la forma, porque en una primera etapa la OTAN suministrará material que sus aliados tienen en reserva y no necesitan de momento. En el fondo resulta más costoso. Cada sistema Patriot del que se desprendan deberán recompralo a la industria militar estadounidense. Una sola lanzadera cuesta algo más de mil millones de euros y cada misil supone 3,5 millones. Los aliados europeos contribuirán además con abundantes remesas de obuses. En definitiva, una operación de «miles de millones de dólares en equipo militar que se comprará a Estados Unidos» y se mandará »rápidamente al campo de batalla», tal y como dijo Trump a los medios.
Algunas fuentes sostienen que, dentro de la cartera, el líder republicano no quiere introducir los misiles balísticos capaces de llegar a 1.600 kilómetros de distancia, al menos sin limitadores de alcance como los que ya obligo a incluir su predecesor, el demócrata Joe Biden. Ucrania ha pedido en reiteradas ocasiones los proyectiles aire-tierra JASSM, un arma mortífera y de alto poder destructivo capaz de poner en serios apuros la defensa rusa, pero tampoco esta claro que esta vez los vaya a recibir.
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Los puentes con Putin
El líder estadounidense ha declarado que aún «no he terminado con Putin», y que confía en que la presión reconduzca su postura sobre un alto el fuego. Los dos han hablado con cierta asiduidad, desde luego más que cualquier otro líder occidental, y pese a sus declaraciones grandilocuentes lo cierto es que este puente sigue vivo.
También sigue viva la amenaza de la Federación Rusa, que este lunes repitió que un ataque de Kiev con misiles de la OTAN dentro de Rusia sería considerado como una agresión de la propia Alianza. Moscú ha respondido a la «muy grave» declaración del presidente de EE UU con una solicitud de «tiempo para analizar lo que se dijo en Washington», ha declarado Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin.
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De momento, la Casa Blanca ha cosechado solo el anunció de China de que ofrecerá un apoyo «más profundo» al Kremlin ante la «coerción» de Trump. El presidente Xi Jinping se ha reunido este martes con el jefe de Exteriores ruso, Seguéi Lavrov, y ha manifestado que sus países deberían «fortalecer el apoyo mutuo en foros multilaterales» después de reunirse con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia en Beijing.
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