El paro hace cola, ajeno al 24M
Desencanto e indiferencia ante la campaña en la oficina del INEM de Calvo Sotelo
JAVIER CAMPOS
Jueves, 7 de mayo 2015, 17:54
«Cada 15 días estoy aquí haciendo cola... ese es el trabajo que están creando para mí y para tantos otros como yo». Agurtzane es una desempleada riojana más de las que acude a la oficina del INEM en Calvo Sotelo con mayor frecuencia de la que desearía. Tantas como contratos acumula desde que comenzó la crisis, «algunos de incluso un día». «Desde hace años no he vuelto a trabajar más de un mes seguido», lamenta quien se dice tan quemada como el resto. «Pregunta a cualquiera y te lo dirá», invita al periodista.
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Son las 10 de la mañana y ya desde hace rato se empiezan a formar los primeros corrillos en torno a las puertas del denominado 'paro' ajenos a los días que vienen. «¿Quién está saliendo de la crisis? Los que nunca han estado, porque al resto cada vez nos va peor y más siendo mujer y mayor de 45 años. Lo tenemos crudo. No nos quieren», testimonia quien pone voz al sentir general de todo un colectivo.
El desencanto y la indiferencia reinan entre los más de 20.000 parados llamados a las urnas el próximo 24 de mayo... Desilusión, frustración, decepción... tanta que nadie ve en las próximas elecciones -ni autonómicas ni municipales- una solución a sus problemas. La credibilidad de los políticos y la confianza en los partidos está por los suelos, hartos ya de promesas incumplidas. «Directamente no voto. Ni me convencen ni creo en nadie», sentencia María, quien a sus 30 años encadena trabajos temporales en hostelería «en condiciones que casi sale más a cuenta estar en el paro». «¿Así es como incentivan el empleo?», se pregunta desconfiada.
Ni siquiera entre quienes se incorporan por primera vez al censo electoral se vislumbra siquiera un ápice de fe. «Quiero darles un voto de confianza, pero a todo el que se lo digo me dice que nada de nada...», explica Sara, que con 20 años y recién concluido un grado medio de Auxiliar de Enfermería se dispone a votar por primera vez. O no. «Estoy perdida, la verdad, pero tengo la sensación de que mucho prometer y prometer para luego...», concluye quien vive con sus padres y, «aunque quisiese», no podría independizarse.
El panorama, pese a que llegan mensajes de recuperación, no dista mucho de lo que sucedía hace ahora cuatro años en las mismas filas. La desafección política adquiere tintes de dramatismo cada mañana en la peatonal logroñesa, circunstancia reforzada con una campaña que pasará sin pena ni gloria entre el desencanto del parado y la desesperanza por una situación que no tiene visos de mejorar. Tal es la percepción, pese a los 'supuestos' mejores datos. «No hace falta ni molestarse», apostilla Enrique, desempleado de larga duración -cuatro años- y padre de familia. «Son todos iguales», espeta quien otrora se dedicaba a la construcción. «Si alguno se atreviese a venir por aquí, ya se lo diría yo...», exclama a punto de agotar la ayuda de 426 euros.
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«No me creo nada de ninguno. Cuando surgió Podemos me ilusionó, pero el mito se me ha dio cayendo... A día de hoy no contemplo a ninguno», dice Diego, de 40 años, y en paro desde este mayo. «Desde febrero del 2014 llevo encadenando trabajos y voy teniendo suerte, pero...», comenta este soldador, quien recuerda como en pleno boom de la construcción cambió hasta tres veces de trabajo «aun estando fijo».
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