Víctor sí sigue adelante

Víctor Esteban será el único riojano en la segunda ronda del Manomanista. Tras la derrota de ayer de David Merino y la de hoy de Álvaro Untoria, el de Ezcaray se ha ganado el billete a octavos tras una dura victoria ante Elezkano II en el Adarraga.

No parecía en los primeros compases que fuera a ser así. El riojano conseguía de inicio ventajas prometedoras (hasta un 9-3); en ese momento, Elezkano ha cogido el saque tras una pelota a contracancha del riojano, y ha hecho mucho daño con la jugada inicial. El vizcaíno se ha ido hasta un peligroso 15-18 ante un jugador local que parecía impotente por momentos.

Pero el menor de los Esteban se ha agarrado a la cancha, aupado por la afición (menos de media entrada en el Adarraga) y se ha mantenido en el marcador hasta el 17-19. Ahí Elezkano ha desaparecido de la cancha, y el riojano ha enlazado cinco tantos de mérito hasta el 22-19 final. Ahora el de Ezcaray se las verá con Altuna en octavos.

Untoria, fuera

Álvaro Untoria se ha despedido esta tarde del Campeonato Manomanista con una dolorosa derrota (22-8) frente a Artola. El riojano, a pesar de haber aguantado con pundonor el tramo inicial del choque, jugando con cabeza y poniendo en problemas al guipuzcoano, se ha visto doblegado por el juego de delantero de su rival. Los zagueros son una raza a extinguir en el mano a mano y esta tarde se ha vuelto a demostrar. La solidez en el juego a bote o el golpe son poca cosa comparadas con la defensa de aire, las voleas y el saque-remate que exhiben los delanteros.

Sólo en el tanto inicial ha ido el najerino por delante. Después, se ha mantenido dentro del partido (6-6) con buen juego y valentía, pero Artola, tirando de dejada, abría huecos insalvables. El último tanto del riojano (10-8) se ha producido con una dejada. A partir de ese momento, velocidad de crucero para Artola, que se ha ido disparado a por la victoria.

Una pena que una dejada de Untoria se haya ido a la chapa (15-8) e inmediatamente Untoria ha estado a punto de llegar a un saque-dejada de su rival, pero le ha faltado confianza. Sin apenas gasolina y mermado, Untoria ha dicho adiós al cameponato con dignidad pero evidenciando las notables diferencias existentes entre los dos tipos de pelotaris que pueblan los frontones.