El 'Señor Gol' de Hugo Sánchez al Logroñés cumple 35 años

Aquel 10 de abril de 1988, una pelota llueve al área tras un centro de Martín Vázquez, el mexicano da un paso atrás y en una acrobacia engancha el balón con la pierna izquierda en una chilena perfecta. El portero Pérez poco pudo hacer ante semejante remate que cruzó de un poste al otro y se coló con más decisión que fuerza por la escuadra contraria. Las gradas se inundaron de pañuelos blancos.

«Según me centró Martín Vázquez desde la banda vi la película del remate en mi mente y lo cierto es que después me salió tal y como lo había pensado», explicaba aquella tarde Hugo Sánchez para La Rioja.

Para el exdelantero merengue, poco tuvo que ver la fortuna ya que este tipo de disparo, que definió como «lleno de precisión, plasticidad y eficacia», lo practicaba constantemente desde muy pequeño. «Fue un remate lleno de concentración en el que la suerte tuvo poco que ver porque este remate lo tengo tan ensayado que para mí es más seguro rematar así que de cabeza», decía el mexicano hace 35 años.

El tanto se conoció como el «SeñorGol» por lo espectacular del movimiento, pero también por esas cosas de la casualidad. El nombre del antiguo equipo de la capital riojana, Logroñés, leído al revés coincide con el nombre atribuido al gol. Para Sánchez no hay dudas: «Es el gol más bonito que he marcado aquí».

El partido terminó 2 a 0 para el Real Madrid, el segundo gol fue anotado por Michel en la segunda parte. El equipo riojano, aunque siempre estuvo en desventaja nunca perdió los papeles y mantuvo un orden todo el partido. «Se ha luchado con dignidad se ha plantado cara al Real Madrid y se ha tenido oportunidades de gol. Real Madrid ha tenido que luchar para hacerse con la victoria», decía en la sala de prensa el entonces entrenador del equipo riojano, Txutxi Aranguren.

La temporada 87/88 terminaría con el Real Madrid campeón y con el mexicano Sánchez como Pichichi del torneo. Ese año, además, conseguiría igualar el récord de Alfredo Di Stéfano que hasta ese momento era el único que había sido el máximo goleador en cuatro temporadas seguidas.

Por su parte, el Logroñés, que pasó toda la temporada en los últimos puestos y luchando por mantener la categoría, finalmente escaló hasta casi la mitad de la tabla, y acabó la competición en el puesto trece.

35 años después, aún se recuerda aquel gol que batió al guardameta blanquirrojo para entrar en la historia madridista como uno de los goles más bonitos y espectaculares del fútbol español.