Pol Arnau: «Mi padre me dio la energía y me ayudó, y seguro que está orgulloso»

«Es una oportunidad que quería aprovechar y al final tengo esa fortuna que meto el gol contra el Eibar. Y el otro día me tocó ponerme de portero. Así que nada, yo muy contento e intento siempre dar lo mejor de mí», resume un chaval de 19 años sentado delante de numerosas cámaras y medios de comunicación. No le imponen. O por lo menos no lo aparenta. Responde meditando cada palabras y mirando a los ojos a sus interlocutores.

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Arnau repasa el momento en el que pasa de ser jugador a convertirse en portero. «Yo voy al banquillo a ver si se puede hacer el cambio por conmoción (de Kike Royo), pero dicen que solo es en Primera y Segunda división. Y entonces yo dije: 'pues yo puedo'. Creo que lo tengo de familia ya, de mi hermano, de mi padre. Y así que nada, me vi tan convencido que me tuvieron que dejar los guantes», recuerda con una sonrisa fija instalada en su rostro.

«Los guantes eran un poco grandes, pero no fueron mal», bromea Pol Arnau para soltar también algo de tensión antes de seguir contestando a las preguntas.

Antes del inicio de la definitiva ronda de penaltis Arnau intercambió unas palabras con Daza, el portero de la UDL que estaba en el banquillo pero que no pudo sustituir a Royo porque se habían agotado los cambios:«Me enseña el papel de dónde tiraban los penaltis y tal. Y sí que es verdad que Daza me dice: 'Abel lo va a tirar a ese lado, tírate ahí' (y Arnau lo detiene). Y los demás fueron intuición. Al final, mira, fue a ese lado y lo paré».

Los sentimientos y la tensión acumulada asoma en los ojos de Pol Arnau cuando recuerda el mensaje que más le pellizcó el corazón de los múltiples que ha recibido desde el final del partido. «Un mensaje que me tocó la patata fue el de mi hermano, que decía que parecía que él había parado los penaltis y que él había jugado este partido. (Respira hondo antes de continuar) Y eso, al final, te transmite la emoción de que parece que lo haya hecho él, que es algo inexplicable», describe un emocionado Arnau.

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El futbolista no duda cuando se le pregunta a quién le dedica la victoria: «A mi familia, que siempre me ha apoyado porque no todo han sido momentos felices como el de ahora».

Pol Arnau reconoció que durante toda la tanda de penaltis tuvo muy presente a su padre, Francesc Arnau, que fue portero del Málaga y del Barcelona, y que se quitó la vida en el 2020. «Yo hablo con él todos los días y todos los partidos. Y justo antes de la tanda de penaltis, yo le miro y le hablo. Y yo sé que me dio esa energía y me ayudó, y seguro que está orgulloso».