Dos equipos, dos directivas, un Avilés

Hace tiempo que el fútbol en Avilés cumplió los cien años, si bien sus épocas de gloria pertenecen al pasado y como suele suceder con los clubes modestos, alcanzan notoriedad en muchas ocasiones por situaciones poco exitosas e incluso esperpénticas. Logroño no ha sido ajeno a ello ni Burgos ni Mérida ni Málaga. Son algunos ejemplos, pero hay más.

El Avilés se presentará mañana en Las Gaunas. Ese mismo Avilés que las visitó hace algunas campañas y del que llegaron jugadores como Adrián León, Borja León o Chevi. Otros tiempos. Ahora, ese mismo Avilés tiene dos entrenadores, dos plantillas y dos cabezas visibles en los despachos. Una juega y la otra espera. A la primera cita acudieron nueve futbolistas; ahora ya tiene doce. Dos semanas llevan ejercitándose y dos son los empates que ha cosechado en otros tantos partidos de la liga de Tercera.

El Avilés que juega es el que lidera José María Tejero, máximo accionista, propietario y presidente durante los últimos veinte años; el Avilés que se entrenaba en la Plaza de España hace unos días lo dirige en los campos Blas García, aunque no compite. Y en los despachos, un grupo mexicano que comanda Álvaro López. Tejero creó en el año 2011 la empresa Real Avilés Nueva Gestión para, precisamente, gestionar el club y evitar, por ejemplo, el embargo del Ayuntamiento, con quien la entidad blanquiazul mantiene diferentes deudas. Aun así juega en el Suárez Puerta, de titularidad municipal. Sin embargo, ni el Avilés ni la empresa gestora pagaban, por lo que en el invierno del pasado año, Tejero decide ceder la gestión del club al grupo mexicano IQ Finanzas, propiedad del chileno Álvaro López, que fundó Real Avilés Gestión Deportiva para asumir esa labor.

La cesión conllevaba una opción de compra por 30 millones euros (por un club de Tercera). IQ dice desembolsar 500.000 euros para poner el club al día en pagos y oferta pagar 2,5 más, en planos y si asciende la entidad a Tejero por su paquete accionarial. A éste no le agrada la propuesta y decide romper el acuerdo de cesión amparándose en que IQ no paga los gastos de la cantera del Avilés. Todo se precipita y se duplica el club.

Tejero forma un equipo con nueve futbolistas a las órdenes de Iván Palacios. Debuta frente al Praviano con un empate sin goles y más pitos que aplausos. López crea otra plantilla con Blas García como entrenador, pero no puede jugar porque los futbolistas inscritos son los de Tejero, aunque hay tres jugadores de la plantilla de los mexicanos con licencia con la de Tejero. Todo un lío.

Éstos últimos se entrenan en la plaza de la ciudad, a las puertas del Ayuntamiento, ante la imposibilidad de hacerlo en el Suárez Puerta, ya que Tejero les impide la entrada (el campo no es suyo, sino del Consistorio). Decisión salomónica: El Avilés mexicano se ejercita en Santo Domingo y el Avilés de Tejero en La Toba. Y jugar, en el Suárez Puerta, aunque sólo lo hace uno, el once del veterano presidente.

Así las cosas, los mexicanos esperan que los juzgados les den la razón en la ruptura del contrato llevada a cabo por José María Tejero, gestionar el Avilés y meter en competición a sus jugadores y técnicos. Y Tejero tiene todo muy claro, actúa y no espera a lo que diga el Juzgado, que vive en agosto.

¿Y la afición? En el primer partido de Liga acudieron 200 seguidores. Pero por si tenía dudas, hace dos años, unos 700 aficionados, hartos del Avilés de José María Tejero fundó el Avilés Stadium, que afronta su tercera campaña, en Primera Regional. De aquellos 700 pioneros apenas quedan un par de centenares. Afición rota y sin saber a dónde acudir.

A Logroño vendrá el Avilés de Tejero, o lo que queda de él. El domingo por la noche firmó a su duodécimo futbolista, Adamá Touré, que dice haber jugado en el PSG, entre otros equipos. Sin embargo, en el partido del domingo frente al Siero (1-1) se lesionaron Santa y Adrián y es muy posible que no acudan a Las Gaunas. Diez futbolistas.