La UD Logroñés se despide con honores de la Copa

Durante muchos minutos, y con los ojos cerrados, el partido simuló a aquellos envites en el viejo Las Gaunas entre el Logroñés y el Valencia, encuentros con enorme ambiente en las gradas, frío e incluso lluvia que le prestaban cierto aire heroico. Fútbol en blanco y negro entre el fuerte y el débil. Como este jueves, aunque el protagonista no fuera aquel Logroñés sino la actual UD Logroñés. El gol de Gozálbez en el tiempo añadió de la primera mitad abrió, finalmente, los ojos a la afición. El sueño tocaba a su fin.

Hasta ese momento, el Valencia controló el partido. Más posesión, más llegada y más peligrosidad en la misma. Advirtió Hugo González al minuto de comenzar el partido tras una mala salida de balón de Lizarraga, lo que llevó a la descompensación defensiva y a que Álex Daza salvase del gol a su equipo al sacar un brazo derecho prodigioso. No se asustó sin embargo el cuadro local, que como había advertido Diego Martínez, daba protagonismo a los jugadores que venían jugando en Copa Federación con pequeñas pinceladas, caso de Iñaki, Sarriegi o Seguin.

Sin balón, sin la presión de tener que mandar, jugar bien y ganar, los blanquirrojos se recompusieron y comenzaron a discutirle el cuero a sus adversarios hasta robárselo por momentos. Buscaba la llegada por ambos carriles, con Unai y Seguin y el apoyo de sus laterales, pero sobre todo apelaba a las acciones a balón parado, aunque no logró inquietar a Domenech en ninguna de ellas. Ni siquiera Seguin en su búsqueda de rosca imposible con su zurda de seda. El partido se había abierto, pero ninguno de los dos tenía el remate necesario como para romper el cerocerismo aunque sí destellos como el de Canós, cuando estrelló el balón en la madera tras una rápida aparición de Amallah por el carril del centro, o una volea muy desviada de Iñaki a pase de Beñat. Sí que tuvo la definición necesaria Gozálbez. De nuevo entró el Valencia en tromba por medio. Gozálbez, Yaremchuk y Yarek fabricaron una jugada de carambolas en la que los locales no estuvieron contundentes. Gozálbez aprovechó el último balón suelto para marcar raso y ajustado al palo derecho. Adiós a la igualdad en el peor momento, en el tiempo añadido. Con ese gol, el Valencia tenía un porcentaje muy alto de seguir en Copa.

El paso por vestuarios sosegó el ritmo. Al Valencia le interesaba provocar un partido de posicionamiento y evitar un duelo a campo a abierto, porque más allá de su superioridad, la UD Logroñés no tenía nada que perder. Así, Baraja recurrió a la experiencia de Gayá y al empuje de Fran Pérez y Javi Guerra. Diego Martínez aspiraba, sin embargo, a agitar el partido. Facchin y Jony entraban en escena. Para ese momento, Yaremchuk se había jugado el cuello al meter la cabeza a un disparo de Foulquier y sin apenas tiempo para asentarse los nuevos otra entrega de Liza al rival dio la oportunidad a que Gozálbez estrellase el balón en la madera y Beñat impidiese que el rechace acabase en gol tras el disparo de Hugo González.

Aun así, el Valencia no sufría, porque si bien la UD Logroñés llegaba sin demasiados apuros al balcón del área, cuando se asomaba a él le entraba el vértigo del último pase. Dio paso Diego Martínez a jugadores más habituados al ataque como Urcelay, Yurrebaso o Goti, pero Domenech no aparecía en el partido. Mala señal para la UD Logroñés, aunque blocase con absoluta tranquilidad un tímido testarazo de Jony. Nada serio para un portero de su rango. Tampoco la volea de Beñat tras una acción de Jony dentro del área.

Todo o nada. El todo era el empate y seguir en la pelea; la nada, el adiós. Adiós que quedó rubricado cuando Diego López marcó el segundo gol después de que Guerra estrellase el balón en la madera. Tercero que encontraba el mismo destino. La UDL lo tenía escrito. No es su campo de batalla. El suyo está el domingo en Baracaldo. Primera parada de una larga campaña en la que ya solo hay una dirección que seguir, la que marque la liga.