El efecto Ascorbe aúpa al Grafometal
La llegada del técnico riojano ha invertido la dinámica del Sporting, que ahora acaricia la permanencia
Diego Molia, presidente del Sporting La Rioja, tuvo que tomar una dura decisión a principios de abril. El equipo había entrado en barrena y corría ... serio peligro su permanencia en la Liga Guerreras. Así, Molia llegó a un acuerdo con Juanjo González, técnico con el que se logró el ascenso, y además amigo, para que dejara el banquillo. Doloroso pero necesario.
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Y así regresó Luismi Ascorbe (Logroño, 1975) a dirigir al Grafometal después de que abandonase el equipo en junio del 2018. Un Ascorbe diferente, con más experiencia, campeón del mundo como ayudante de Cristina Cabeza con la selección femenina Juvenil.
Y lo cierto es que el cambio de técnico ha surtido el efecto deseado. Desde la llegada de Ascorbe al banquillo la riojanas han mejorado en juego, y lo que es más importante, en resultados.
El primer encuentro con Luismi Ascorbe en el banquillo fue en el Palacio de los Deportes de Logroño frente al Granollers. Las riojanas cayeron 22-23 pero la imagen del equipo fue otra muy distinta.
La semana siguiente el Grafometal logró un importante triunfo, de nuevo en el Palacio, ante el Beti Onak (17-16). Más tarde llegó una derrota intrascendente en San Sebastián, ante el Bera Bera (23-17) en un partido que no le servía ni a las vascas ni a las riojanas.
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Finalizó la temporada regular de la Liga Guerreras y las riojanas están disputando el 'play down' por la permanencia. Y las cosas no han podido empezar mejor: dos partidos, dos victorias.
El Grafometal se estrenó el sábado pasado con un triunfo ante el Morvedre (20-18) y el miércoles, en un partido no apto para cardíacos, las riojanas se impusieron al Elda Prestigio (21-20) dando un paso muy importante hacia la permanencia.
Tres claves resumen el cambio experimentado por el Grafometal. Los tres secretos del efecto Ascorbe. El primero tiene que ver con la intensidad defensiva. El 6-0 de las riojanas se muestra más sólido, basculando bien con el movimiento de balón, saliendo a los impares y con ayudas efectivas.
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Una derivada de todo esto es que cuando la defensa está a un gran nivel, la portería tiene más opciones de sacar balones. Y si la portero es Geandra, esta posibilidad se multiplica.
Otra clave de la mejoría en el juego del Grafometal es la rotación de las jugadoras. Ascorbe tiene claro que necesita llegar a los minutos decisivos con las jugadoras franquicia en buen estado, no fundidas. Para ello introduce constantes rotaciones en siete que forma en la pista, repartiendo las cargas y los esfuerzos. Con especial mimo en posiciones clave, como puede ser Paula en el pivote, que defiende en el centro y luego ataca. Ederra se encarga de darle minutos de descanso en las labores ofensivas.
El tercer secreto del efecto Ascorbe es la sencillez en los sistemas de ataque. No ha tenido mucho tiempo el riojano para poder entrenar e introducir jugadas elaboradas en ataque. Por ese motivo, Ascorbe ha apostado por moviemiento sencillos y prácticos para encontrar el gol rápido.
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Este sábado (19.00 horas), en Gijón, el Grafometal tiene la oportunidad de firmar la permanencia definitiva.
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