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Lunes, 22 de febrero 2021
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Erik Balenciaga, el jugador del BM. Ciudad de Logroño, recuerda cómo empezó a jugar al balonmano. Su familia fue la razón y entonces también practicaba el baloncesto. Era niño, después se decidió. «El balonmano me transmite cosas que otros deportes no, lo amo y lo disfruto», asegura con pasión mientras repasa su trayectoria para TVR.
«Quería ser campeón de Primera Nacional. Era mi meta y a partir de ahí ha venido todo como un regalo, voy mejorando poco a poco y ojalá siga así. Es verdad que cada vez que doy un pasito pienso en el siguiente, eso es verdad», explica sobre sus aspiraciones. «¿A quién no le gustaría estar en la selección? Lo veo como un objetivo lejano», asegura. Sobre su actual momento en el Ciudad de Logroño sabe que es uno de los más veteranos y «que en la faceta ofensiva puedo ser el líder».
Entre lo que le ha sucedido mientras vive este deporte hay buenos y malos momentos. «El mejor fue el ser campeón de Primera Nacional, el día que debuté en Europa, en Asobal y me alegro de haberlos vivido», sonríe. Entre los malos, que también los hay, el peor, «cuando me lesioné la rodilla». «Ahí empezaron las pesadillas», dice. Reflexiona que «tristezas hay muchas por el camino: lesiones, alejarte de tus amigos, familia... pero las alegrías que me ha dado el balonmano, hoy por hoy, me siguen compensando».
«El balonmano me ha enseñado una forma de vida. Se me ha vuelto trabajo, pero yo lo he vivido disfrutando de ello», dice y espera seguir en este deporte mucho tiempo más.
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