El remedio
Eloy Madorrán
Lunes, 29 de septiembre 2014, 19:02
El balonmano riojano terminó la última temporada con 513 licencias masculinas y 241 femeninas (en cuanto a jugadores). Para esta que comienza hay un equipo sénior masculino más (el segundo que saca el Naturhouse) y otro femenino de la misma categoría, en Navarrete. Estos son los números de la verdad. Estos guarismos son los que reflejan la situación real del balonmano en La Rioja. Olvídense de los puntos que lleva el Naturhouse en la clasificación o cómo camina en la brillante Velux Champions League. Esos números no son importantes. Entiéndanme, yo también quiero lo mejor para los de Jota, faltaría más. Pero no deja de ser un lucernario de oro y brillantes que se encarga de iluminar lo que hay abajo. Y aquello es lo importante.
El reto que tiene desde hace años el balonmano riojano es saber aprovechar el tirón mediático del Naturhouse (¡bendito regalo!) para relanzar la base y que cada vez más niños y niñas en los colegios quieran jugar a este precioso deporte y sueñen con ser el próximo Gurutz o el siguiente Juanín. En esta tarea me consta que anda la Federación Riojana, los clubes de siempre, alguno nuevo y, en general, todos los que nos gusta el balonmano.
Pero por más optimista que es uno cada vez que analizo el panorama veo más grises que colores vivos y alegres. La competición española vive sus horas más bajas, bordeando el apagón televisivo, con un campeón definido antes de comenzar la temporada, perdiendo fuerza y plazas para jugar en Europa y viendo cómo emigran la mayoría de las estrellas mundiales de este deporte. Paradójicamente, el músculo de nuestras selecciones inferiores se ve beneficiado por este éxodo que permite a nuestros júniors de oro jugar muchos minutos y de los buenos en Asobal. Algo que antes era muy complicado.
Conozco muchos técnicos que pierden horas de familia y amigos, tiempo y dinero por trabajar con la base: los equipos benjamines, alevines, infantiles. Fines de semana de viajes, de concentración o de clinic. Para todos ellos va dedicado este primer comentario en larioja.com.
Como les digo, el cuadro médico del paciente no es muy esperanzador. Pero conozco un truco para cargar las pilas cuando la moral está por los suelos. Y, generoso que es uno, se lo voy a contar para que lo pongan en práctica cuando deseen. Si mi amor por este deporte atraviesa por difíciles momentos me voy hasta Escolapios y entro en el polideportivo. Atravieso el pasillo en la oscuridad y me detengo en a esquina. Allí veo a chicos y chicas de diferentes edades correteando detrás de balones más grandes que ellos, unos entrando al gimnasio, otros saliendo al patio, los más compartiendo la pista del poli. Y respiro fuerte, hondo. Y permanezco unos minutos, una eternidad.