Martínez Somalo, un tour entre jamones y chorizos
La empresa abre cada sábado las puertas de sus modernas instalaciones y de su antiguo secadero, que data de 1900, para que los visitantes conozcan 'in situ' la tradición que existe en La Rioja en torno a estos embutidos y cómo ha evolucionado su elaboración
El olor a tradición inundaba las casas de los pueblos hace varias décadas. Olor a costumbre, a la esencia de una región que ha sabido ... diferenciarse a base de elaborar un producto esencial en la gastronomía riojana. Solo, a modo de aperitivo o presente en los bocadillos que metían los estudiantes en sus mochilas y que tan bien sentaban en almuerzos o meriendas. También como condimento de legumbres o protagonizando uno de los platos típicos de La Rioja, las patatas con chorizo... Un alimento imprescindible para muchos.
No hace muchos años –y en algunas casas se sigue manteniendo la tradición, aunque ya sin la matanza del cerdo como se venía realizando en los pueblos– los altillos de los hogares, el lugar más fresco y con mayor ventilación de la vivienda, cambiaban su estética para vestirse con sartas de chorizos, que se colgaban de vigas y travesaños para que se secasen.
El recorrido
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Inicio
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Planta de jamones: El recorrido comienza en las modernas instalaciones donde se halla la nueva planta de jamones, situada en la mitad del tramo de la carretera LR-113, que une las localidades de Baños de Río Tobía y Bobadilla.
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Planta antigua
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Secadero de 1900: Después de visitar las nuevas instalaciones, se pasa a la fábrica antigua, en el centro de Baños. La entrada se realiza por la tienda y sala de catas.
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Datos de interés
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Horarios: Sábado, a las 10.15 horas. La duración de la visita es de dos horas y cuarto.
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Precio: 10 euros para mayores de 18 años (el importe recaudado va a asociaciones sin ánimo de lucro) y gratis para menores.
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Reservas: A través del correo electrónico visita@martinezsomalo.com.
En aquel entonces, las familias, casi como en día festivo, se reunían, normalmente en la cocina, y en un gran barreño ponían la carne magra de cerdo, a la que se le añadía pimentón –dulce o picante– y ajo, y se removía bien para que todo quedase perfectamente mezclado. Después, esa masa empezaba a embutirse en tripas de cerdo, formando chorizos de mayor o menor tamaño.
Una tradición que conoce bien de cerca la empresa Martínez Somalo, que en 1901 fue creada por José Martínez Campo y que, en producciones mayores, reproducía lo que en las casas se hacía en menor cantidad. En esa época ya comenzó a comercializar sus productos en Baños de Río Tobía y en municipios limítrofes.
Con el paso de los años, no solo las instalaciones se han modernizado, sino también la manera de elaborar los chorizos –y los jamones–, pero esta parte tan intrínseca de las costumbres riojanas se mantiene presente en esta firma chacinera que ha decidido abrir sus puertas todos los sábados para que los visitantes puedan conocer de primera mano su historia y cómo se lleva a cabo el proceso de producción.
La vieja fábrica se conserva tal y como estaba en origen y en su interior perdura aún el olor a ahumado
Porque si La Rioja es sinónimo de vino y de bodegas, también forma parte de su ADN el poder visitar una 'bodega' de jamones y embutidos, acompañantes de lujo de una copa de vino. Precisamente, el tour comienza en la planta de jamones que se encuentra en las modernas instalaciones construidas en 2021. En este punto se cuenta la historia chacinera de la comunidad, se explica la evolución que ha experimentado la elaboración de chorizos y jamones y se habla de 'La Gloria Riojana' –la marca de jamones y embutidos más antigua de España, creada en 1921–.
Es solo el preámbulo. Quienes acuden pueden oler y sentir esa tradición tan ligada a los pueblos en La Rioja y que, sin lugar a dudas, sorprende a todos los visitantes, en mayor medida a quienes llegan desde el extranjero –Martínez Somalo exporta el 30% de su producción–, incluidos clientes de países como México, Colombia, Alemania o Bélgica, que nunca han visto este proceso.
A continuación, el recorrido prosigue hasta la planta antigua, situada en el centro de Baños. Desde la tienda y sala de catas se accede al antiguo secadero, que data del año 1900, para entender cómo se secaban antaño chorizos y jamones. La fábrica se conserva como en origen, con escaleras de mano para alcanzar las vigas donde se colgaban los embutidos y en donde aún perdura el olor a ahumado que se lograba con el carbón –también quedan algunos restos–.
Para muchos es volver a la infancia en los pueblos, un viaje a casa de los abuelos donde cada mes de noviembre se hacían estos embutidos. Para otros es algo inédito y sorprendente al descubrir algo nuevo propio de una región como La Rioja, más conocida por sus vinos pero donde la industria chacinera también tiene gran relevancia.
El dinero de las visitas, para asociaciones sin ánimo de lucro
Cada sábado la fábrica de Martínez Somalo en Baños de Río Tobía abre sus puertas para que quien así lo desee pueda recorrer sus instalaciones. El inicio de la visita es a las 10.15 y tiene una duración aproximada de dos horas y cuarto. El coste para los mayores de 18 años asciende a 10 euros (para los menores de edad la entrada es gratuita) y todo el dinero recaudado se destinará cada año a una asociación sin ánimo de lucro. Después de la visita hay una degustación de los productos que elabora esta firma riojana.
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