M. P.
Experiencias principales

Luis Cañas. El fruto de la dedicación familiar

Enoturismo. Luis creó la bodega dando continuidad a la actividad de su padre. Ahora, su nieto Jon ha tomado el timón de la firma de Villabuena de Álava que también está presente en la localidad de Samaniego y la burgalesa de Aranda (DOP Ribera de Duero)

César Álvarez

Logroño

Sábado, 8 de noviembre 2025, 08:55

El de bodegas Luis Cañas es un vino bien conocido y también reconocido en la DOCa Rioja. La firma de Villabuena de Álava elabora –en ... un año de cosecha normal– cerca de dos millones y medio de botellas, de las cuales la mitad corresponden a su crianza, una referencia que se puede encontrar con facilidad por todo el país.

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Pero todavía sigue haciendo el vino de maceración carbónica (habitual en las cuadrillas de poteo o chiquiteo del norte del país), Ese es el vino que realizaba Carlos, el iniciador de la saga familiar de vinicultores que dio lugar a la bodega de Rioja Alavesa. Lo hacía en la denominada Cueva de los Curas, un antiguo calado ya sin actividad.

  • Visita Mirador

  • Incluye: Visita guiada a bodega, degustación de Blanco Viñas Viejas, de Luis Cañas Reserva en El Mirador, de Luis Cañas Selección de la Familia y un tentempié con productos locales, y copa de regalo

  • Precio: 25 euros

  • Duración: 90 minutos

  • Visita más que cepas

  • Incluye: Visita guiada por un viñedo viejo (Finca El Palacio); tentempié campero con vino Blanco Viñas Viejas, cata comentada de Luis Cañas Gran Reserva y un vino de parcela; y aperitivo

  • Precio: 40 euros

  • Duración: 90 minutos

  • Visita privada

  • Incluye: Bienvenida con Blanco Viñas Viejas; visita privada a la bodega; cata de un vino en elaboración, de un vino procedente del botellero privado de la familia (reserva personal y añadas históricas); y de 3 vinos (Poyotos, El Palacio e Hiru) en un espacio privado; y aperitivo

  • Precio: 100 euros

  • Duración: 90 minutos

  • Otros

  • Espacio Foehn: Ofrece la oportunidad de disfrutar de catas privadas

  • Wine bar: Un espacio para degustar por copa o por botella nuestros vinos

  • Reservas: Todas las experiencias se pueden disfrutar en inglés, francés o castellano. Siempre exigen una reserva previa para concretar horarios

En una localidad como Villabuena de Álava en la que, a pesar de contar con poco más de 300 habitantes, hay censadas 43 bodegas (es el pueblo del mundo con más bodegas por habitante), la actividad vinícola siempre ha estado presente en las familias.

Así era en el caso de Carlos Cañas, padre de Luis, que elaboraba sus vinos de maceración carbónica y, casi siempre en carros tirados por burros (como se puede ver en la colección de imágenes de la familia que cuelgan en la bodega), cruzaba la sierra de la Demanda o la de Cantabria-Toloño para ir a vender ese vino, principalmente, a la alhóndiga de Bilbao.

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Antes de disponer de su propia marca, Luis ya fue todo un pionero al ser de los primeros en embotellar su propio vino. No obstante, no fue hasta 1970 cuando consiguió tener su bodega su propia marca –Luis Cañas– y hasta, aproximadamente, diez años después no comenzó la crianza de sus vinos.

Conocido ese contexto, el visitante que llega a recorrer Luis Cañas se adentra en una bodega coqueta y muy bien cuidada, que se ha dispuesto para que se convierta en un aula didáctica donde el enoturista pueda ir adquiriendo conocimientos sobre el vino que le acompaña (copa en mano) en la visita a muchos de los espacios por los que el zumo de uva va evolucionando, primero para convertirse en un mosto y después para adquirir ya la advocación, casi divina, de vino.

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Así, después de ser recibidos en el wine bar, donde ya pueden disfrutar de alguno de los vinos de Luis Cañas, se dirigen al espectacular mirador acristalado que ofrece unas vistas inigualables del entorno, con el viñedo en primer plano.

En ese marco, el enoturista es instruido sobre la influencia de los climas atlántico y mediterráneo en ese privilegiado corredor del valle. Una zona en la que no llegó la concentración parcelaria y permite que sobrevivan pequeñas fincas, casi microparcelas, que ocupa al 95% de la población de la localidad.

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De ahí es de donde obtiene su uva Luis Cañas. La bodega compra la uva a 50 familias de viticultores que tienen sus viñas en un radio de 5 kilómetros en torno a la bodega y a los que, desde la firma se instruye y ayuda, no sólo para que consigan una sostenibilidad medioambiental (una de las grandes preocupaciones de bodegas Luis Cañas) sino para que también alcancen la sostenibilidad económica. «Somos conscientes de que tenemos una responsabilidad con ellos y con el entorno. Sólo si las explotaciones son rentables van a seguir cuidando esas viñas que nos proporcionan a nosotros la uva, pero es que además, a ellos les corresponde también mantener el legado paisajístico tan privilegiado que hemos recibido», afirman desde la bodega mientras se visualizan las viñas ahora a mitad del camino entre los tonos ocres, rojizos, marrones y amarillos.

Luis Cañas se encuentra inmerso en un proceso de transición hacia el viñedo ecológico. De momento, el 60% de su crianza ya procede de viñedos ecológicos y en dos años, lo será la totalidad.

Ese cambio ha llegado primero al viñedo propio y ahora acompañan a sus viticultores-proveedores en el proceso de transformación. Para ello, la bodega cuenta con un equipo de campo que constituye el área de personal más amplia de la empresa, y para 'ejecutar' sus ideas, la bodega siempre cuenta con la misma cuadrilla de vendimiadores (a los que aloja en una residencia, especialmente creada para ellos en 2006) y que no sólo llegan en la época de vendimia, sino también para ayudar en otras labores de campo para las que son especialmente instruidos.

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Esa transición ecológica y preocupación por el paisaje forma parte de la filosofía de Luis Cañas de ser parte activa en la conservación del entorno y del cuidado medioambiental. En ello juega un papel relevante, Jon, nieto del fundador y el hombre llamado a coger el timón de la empresa. A él se debe el proyecto de recuperación varietal (en el que se han recuperado 22 variedades perdidas, 11 de ellas completamente desconocidas). También Jon se ha alineado con la norma de primar económicamente a los viticultores que mantienen y conservan en sus viñas chozos, muretes o bosques.

Todo ello se descubre en un recorrido por la bodega en la que junto a elementos habituales como la zona de elaboración, la nave de barricas o el botellero, también se visita un moderno pero acogedor club familiar para socios.

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