Aires nuevos, pero la misma esencia

Cambio de local, con un concepto nuevo, que incluye zona de barra, mesas y comedor interior, y un toque más moderno, con colores más blancos y más luminoso. Sin duda, sobresalen los murales pintados por Rubén Ruiz, 'Chavolar', muralista y artista urbano logroñés que ha jugado con la temática riojana y las uvas, en las paredes tanto de la zona de bar y cafetería como del comedor interior. En total, cinco murales conectados entre sí.

«La esencia sigue siendo la misma que la del Mesón Rocío», subraya Bárbara Borrayo, encargada del restaurante, que comenzó hace quince años como camarera en el anterior emplazamiento, en la estratégica esquina de Ingeniero de la Cierva con Vara de Rey.

Este local había albergado anteriormente otros establecimientos hosteleros hasta que en 2003 tomó las riendas Ángel Acevedo, que decoró con pinturas alusivas a la romería en honor a la Virgen del Rocío, cuadros taurinos e imágenes de caballos. En el nuevo restaurante solo se ha conservado un cuadro de la tradicional romería, un pequeño guiño a la historia de este establecimiento hostelero, que confía en que pronto los clientes se acostumbren a su nuevo concepto. «Contamos con tres cocineras que tienen ideas totalmente diferentes, pero que se unen para elaborar unos platos que mantienen un toque tradicional que nos ha caracterizado siempre», asegura Borrayo.

Así, en las tapas, cazuelitas y raciones siguen los callos, las orejitas rebozadas, las manitas de cerdo o las albóndigas en salsa verde. No obstante, «al introducir este concepto nuevo de restaurante-cafetería, hemos renovado las tapas, a las que me ha gustado aportar un poquito de mis orígenes», señala la encargada, que nació en Cuba y ahora plasma en su propuesta gastronómica ese toque isleño, además de apostar por platos más trabajados. «Hay más amplitud a la hora de preparar. Me gusta mucho incluir aguacate y plátanos, una especie de fusión entre la comida tradicional y cubana».

Nuevos sabores que se incorporan a esta oferta culinaria, donde, además, los toques de la cocina mediterránea, tan en boga estos días, se trasladan tanto a la carta como a los menús y raciones que ofrecen.

La idea, en cualquier caso, es que el cliente pueda disfrutar de esta oferta de la Cafetería-Restaurante Rocío tanto en barra como en las mesas del bar o en el comedor interior, que tiene una capacidad para sesenta personas. Una oferta que viene complementada, además, por una carta de vinos de Rioja interesante y especial. «Vinos muy conocidos, que no pueden faltar», apunta Borrayo.

Cocina casera que sigue nutriéndose del recetario tradicional riojano, sin olvidar la casquería, y que también puede encontrarse en los menús especiales para grupos con los que trabajan –mínimo para cuatro personas–, con cuatro entrantes para compartir y tres segundos para elegir, y que se acompañan de postres caseros, pan y vino crianza.

Menús y cartas están disponibles tanto en horario de comidas como de cenas –salvo el domingo por la noche que se cierra el comedor–, porque Rocío permanece abierto desde las siete de la mañana a las doce de la noche, entre semana, y a partir de las ocho de la mañana en fin de semana. De ahí que también hayan apostado por incluir una oferta de desayunos, dulces o salados, con bollería, bocatitas, sándwiches o pinchos de tortilla y con precios que oscilan desde los tres a los 3,90 euros.