Toreó Urdiales y se acabó la corrida
Diego Urdiales triunfa en San Sebastián tras una faena de vuelo mágico en la que cuajó al natural un manso de Zalduendo al que toreó al ralentí
A veces se torea más allá del toreo, más allá del oficio e incluso más allá de la inspiración. En ocasiones se torea por encima ... de cualquier circunstancia, como Diego Urdiales este sábado en Illumbe, que fue capaz de destilar su tauromaquia de una forma tan indescriptible y personal que supera hasta la condición del toro, que ni fue bravo ni tuvo empuje, pero que quedó imantado por una muleta diferente a cualquier otra que puebla el escalafón. Toreó Urdiales, palabras mayores, y se acabó la corrida. Jugó las muñecas, los vuelos, las yemas de los dedos para dibujar los naturales de más sutileza de la temporada, como si Diego flotara en el ruedo de Illumbe entre los pitones del mansazo de Zalduendo; 570 kilos de feble bravura que no quería embestir pero que no le quedó más remedio que hacerlo en los mismos medios del coso donostiarra.
Feria de San Sebastián
-
Toros: De Zalduendo, bien presentados, aunque un punto embastecidos. 5°, devuelto. (1°, parado; 2°, encastado; 3°, noble; 4°, manso; 5°, bis, deslucido y 6°, noble y con una notable embestida por el izquierdo)
-
Diego Urdiales: ovación tras aviso y oreja.
-
Paco Ureña: ovación y ovación.
-
Ginés Marín: ovación y silencio tras aviso.
-
Plaza de Toros de Illumbe. Sábado, 17 de agosto del 2019. Cuarta de feria. Unos 4.500 espectadores.
No sonó la música. No hizo falta. No era jornada de trinos ni de corcheas, el compás lo puso el riojano desde que abrió la faena con unos ayudados por alto que el toro no quiso tragarse. El 'zalduendo' solo anhelaba las tablas. Pero se plantó Urdiales, tomó la pañosa con la mano izquierda y surgió esa magia del toreo que carece de explicación porque brota del alma. El público buscaba la repetición, hasta que se dio cuenta de que la grandeza se encontraba en la monumentalidad de cada lance.
No había espuma, todo era toreo, aunque el astado era remiso a comerse los vuelos, se los acabó comiendo. Y entre la vulgaridad, afloró la intensidad del tiempo como detenido. Gomosos espacios que cuando llegaba el pitón del toro a la muleta se contenían en unos instantes de mágico vuelo. Y Urdiales allí, esculpiendo la obra sin una mota de sudor, sin la más mínima afectación, todo brotaba lentamente, con una líquida fluidez. El toro se iba apagando y el toreo crecía, la paradoja máxima. Lo cerró en tablas. Sin música, sin manoletinas, sin nada que termine en 'ina'; lo despenó de un espadazo y el azul de San Sebastián se cuajó de pañuelos. Se había terminado la corrida. Quedaban dos toros. Daba igual. Al sexto hasta le dio por embestir. Insisto. En el cuarto se había terminado todo porque el toreo así dicho es infinito.
Urdiales debuta este domingo en la Feria de Almería
Diego Urdiales debuta este domingo en la plaza de toros de Almería en la Feria de la Virgen del Mar en el segundo festejo de su abono.
Volverá a lidiar astados de Zalduendo y en esta ocasión sus compañeros de terna son Antonio Ferrera y Pablo Aguado. A partir de ese momento, el torero de Arnedo pondrá rumbo mental y físico hacia la plaza de toros de Vista Alegre de Bilbao, donde le esperan dos compromisos de órdago. El martes 20 y el viernes 23.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión