«Siempre expuestos al peligro, se lanzan sin miedo a cualquier reto»

El montaje se estructura en siete momentos, el primero de ellos con el título 'Lo que nos marca' y con textos de Lope de Vega y de Paloma Pedrero que hablan de las marcas que nos deja la vida; en el caso de Laurencia de 'Fuenteovejuna', una violación, y en el de Pedrero, el primer accidente de una persona ciega. Durante el resto de momentos se suceden textos de María Lejárraga, de 'El diablo cojuelo' de Vélez de Guevara, de Lorca, Quevedo, Sanchis Sinisterra, Alberti... Este fin de semana sonarán en el Monasterio de Suso de boca de unos actores cuya ceguera o deficiencia visual se compensa, y con creces, con otros sentidos más vinculados a la intuición y la escucha. «Ellos tienen que estar muy atentos a todo y han desarrollado un instinto de estar aquí y ahora que hemos perdido los demás –comenta Sara Illán–. Además, para ellos, siempre expuestos a golpes y accidentes, todo es peligroso y están siempre alerta, una alerta que como actores les hace muy intuitivos. Eso es muy rico y muy bonito porque en cuanto les planteas un reto se lanzan, no tienen miedo, y aunque lo tengan están acostumbrados a lidiar con ello».

La dramaturga también subraya el sentido del humor de estos actores –«un humor que todo lo arregla»– y su capacidad de ayudarse, ya que «están al tanto unos de otros ante un bordillo, una escaleras... aun sin conocerse».