Maestría de Urdiales
El riojano corta una oreja en Villanueva del Arzobispo
Jesús Rubio
Domingo, 25 de abril 2021, 20:38
En tiempos de pandemia cada oportunidad es un lujo y cada plaza es un puerto de máxima categoría para soltar lo que llevas dentro y quedarte a gusto. Así lo debe entender Urdiales, que no dejó pasar por alto su cita con la afición de Villanueva del Arzobispo. Magistral fue la faena de Diego a su segundo, en la que calibró con precisión los parámetros clave para hacer el toreo: distancias, colocación, terrenos… En los albores de la faena llegó el aviso de que no iba a ser fácil. El toro de Santiago Domecq se quedó corto y puso a Urdiales en apuros metiéndose por dentro. Tiró de oficio, con un porqué detrás de cada movimiento, y construyó una faena milimétrica que le costó que llegase al tendido pero que finalmente convenció, aunque la obra tuvo mayor calado en los aficionados, que entendieron la dificultad y la dureza de pisar los terrenos que queman. Mató de una buena estocada y fue premiado con una oreja de ley. «Me siento muy feliz y he podido sentir cosas», expresaba minutos después a los micrófonos del canal Toros.
La corrida
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Plaza de toros de Villanueva del Arzobispo (Jaén): Se lidiaron toros de Santiago Domecq, complicados en su conjunto y de diferentes condiciones. Encastados pero carecieron de calidad. El 2º, que tuvo motor y transmisión, fue premiado con la vuelta al ruedo.
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Diego Urdiales: de verde esperanza y oro. Estocada, descabello (saludos); estocada, aviso (oreja con leve petición de la segunda).
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Emilio de Justo: de negro y oro. Estocada recibiendo (dos orejas); dos pinchazos, estocada (oreja).
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Juan Ortega de sangre de toro y oro. Pinchazo, estocada (saludos); pinchazo, estocada (oreja).
Un minuto de silencio por las víctimas de la pandemia precedió a la primera puesta en escena de Urdiales, que debutaba en esta plaza. Brindó la faena a su cuñada Desireé por «el momento difícil pero lleno de esperanza» que atraviesa. En el tercio, intentó someter y dominar al toro en los primeros muletazos. Un trasteo que con acierto supo doblegar la bronca embestida del toro, que protestaba a mitad de cada viaje y no tomaba los vuelos con clase. Con la mano diestra tiró de él, pero ya con la izquierda se encontró a un animal con la persiana bajada. Mató de una estocada contraria e hizo uso del descabello.
Como un torbellino embistió el segundo a los engaños de Emilio De Justo. Faena vibrante por la transmisión de la movilidad. Magistral fue el prólogo en redondo doblándose por bajo. La viveza con la que embistió hizo que De Justo armase una faena intensa, a la que le faltó cierto reposo. Recibiendo, rubricó la obra y cayeron las dos orejas. Otras más sumó en su segundo, tras un bonito toreo tanto con el capote como con la muleta. Emilio De Justo sigue demostrando el gran momento que atraviesa.
Una cornada interna recibió Juan Ortega al entrar a matar a su primero. Pasó a la enfermería pero salió después a lidiar a su segundo. En sus dos toros demostró su gran concepto, el trazo y la profundidad de su toreo. Una oreja cortó al que cerró plaza tras una faena en la que hubo momentos de transmisión pero que careció de continuidad. Juan Ortega viene pisando fuerte.