Hombres intrépidos

Pamfir (2022), de Dmytro Sukholytkyy-Sobchuk, es una producción de Ucrania contada con registros de género. Una tensa mezcla entre trhiller, western y drama rural. El título de la película hace referencia a un vocablo que según el personaje central, Leonid, obedece a un sinónimo de fuerza. Él se considera una roca. Imagen que trata de legar a su hijo. Pero no para que se dedique, entre otras cosas, al contrabando si no que aplique la entereza para estudiar y llegar a ser algo en la vida.

Sin embargo, las circunstancias de la zona, fronteriza con Rumanía, están bajo el dominio de un cacique corrupto y violento. Por culpa del destino, Leonid tendrá que volver al trapicheo y pondrá en riesgo lo que más quiere, su familia.

Además de un relato sobre la dignidad, el cineasta brinda un poderoso aparato visual, gracias a una fotografía cortante y soluciones técnicas como el uso de abundantes planos secuencias. Sin duda, uno de los mejores largometrajes apreciados en la sección oficial.

La segunda pieza española a concurso es la bienintencionada Vasil (2022), dirigida por Avelina Prat, que utiliza a un emigrante búlgaro sin papeles, Vasil, para descollar un relato sobre la intolerancia, los prejuicios y los juicios sin valor anticipados. Esta criatura sin techo es recogida por Alfredo (Karra Elejalde) y significa un bálsamo para su soledad. Le aportará una cosmovisión empática. La inmersión del refugiado en la sociedad chocará con las mentes cazurras que primero lo adorarán y luego rechazaran por renegar de su contagiosa humanidad.

En Falcon Lake (2022), de Charlotte Le Bon, el héroe es un adolescente de vacaciones, conoce a una chica y debe vencer una serie de miedos para superar traumas. La historia es bella y tiene misterio, una pizca de toque fantástico y algo del despertar sexual. Y final ambiguo.