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Holika llena la acampada
Unos 10.000 'holikers' disfrutan de la acampada del festival, que ha mejorada duchas y baños, aunque se siguen solicitando más espacios de sombra
Llevar dos pulseras en la muñeca, al menos en el recinto del Holika, es señal de que los conciertos y la acampada van el ' ... kit' de un festival, que ha colgado también el 'sold out' en sus tres zonas de acampada. Sus 10.000 plazas de camping, entre el 'Gampling', 'Arcadia' y 'Traiana', están ya completas. Ni un 'holiker' cabe más en ese universo paralelo, en el que lo mismo se bebe, se canta o se duerme, justo al lado del recinto de conciertos.
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A las doce de la mañana de hoy viernes, con más de 30 grados y sin apenas sombra, 'Arcadia' (para los que no lo sepan era una región de la Antigua Grecia) parecía concentrar el calor de todo el Desierto del Sáhara. «¿Por qué crees que nos sentamos al lado de las duchas? Cada cinco minutos vamos a pegarnos un agua, porque sino esto es insoportable», comentaban con desparpajo cinco jóvenes de Zaragoza, que pasaban la mañana frente a los nuevos contenedores que hacen este año de aseos y duchas. «La foto para la portada, eh... Ya nos puedes poner 'mañicos al sol'», se despedían, derrochando gracia otra vez.
Las duchas y los baños del Holika han llegado ya a otro nivel, en el que hay hasta lavabos. «La pena es que no funcionan y los han precintado. Pero para lavarte los dientes puedes ir a los grifos de detrás», explicaba Paula, una de las muchas 'holikers' de Vitoria que se han desplazado al camping del festival. Porque si de alguien es la acampada del Holika es de los jóvenes navarros, vascos, aragoneses y riojanos; las cuatro regiones de influencia de este multitudinario evento. De todos ellos son los vascos quienes más hacen patria, al menos en el camping. Manuel lo corroboraba en una sola apreciación. «Yo es que no hago más que ver camisetas del Atlético de Bilbao por todos lados». «E inkurriñas por las tiendas», añadía su amigo Javi.
También con la bandera del País Vasco, y además el escudo del Alavés, en la lona de la tienda de campaña, Leyre, Julene, Dani, Dei y Alba pasaban la 'resaca' de la primera noche del Holika, en la que Myke Towers había sido el gran protagonista. «Nos gustó un montón. Y Alvama ICE y el techno estuvieron también muy chulos», recordaba Leyre.
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Para el grupo este es su tercer Holika. Señal de que el festival es ya imprescindible en sus planes de verano, «Lo peor es que aquí no tenemos sombra. Pensábamos que íbamos a acampar como el año pasado en el parque, donde hay árboles, pero nos han puesto aquí que no hay ni un árbol», lamentaba Leyre desde 'Arcadia', que en la pasada edición se montó en el parque del Cidacos.
La explanada para este camping, que este año se ha mejorado con césped, ha quedado muy escasa de zonas sombreados. Si bien se han colocado varias hileras de postes para proteger el camping del sol con mallas, tan sólo se ha dispuesto un toldo que cubre las primeras filas de tiendas.
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El festival
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Así que fuera del recinto la sombra estaba de lo más cotizada, y había quien aprovechaba la entrada al santuario del Carmen para echar una cabezada o jugar una partida de cartas bajo los árboles de la zona verde que rodea el templo. «Jugamos al 'comemierda'», decía un grupo de cuatro chicas de Pamplona, a las que unos momentos antes el personal del parque de obras y servicios del Ayuntamiento había pedido que se levantarán para pasar la cortadora de césped. «Ya os podéis volver a poner», les indicaba el operario al acabar. «¡Gracias!», le respondían todas ellas al unísono. Una muestra más, como valora la hostelería de Calahorra, de que la «educación» es algo que caracteriza a los miles de jóvenes que estos días se trasladan a la capital de La Rioja Baja.
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