«Escucho el habla de la calle y amo la lengua como reflejo del sentir popular»
La creadora de 'Manolito Gafotas' participa este miércoles en Futuro en Español junto al poeta Luis García Montero
La escritora Elvira Lindo (Cádiz, 1962) participa el miércoles en Futuro en Español, el foro que organiza Diario LA RIOJA para reflexionar sobre ... el potencial del castellano y los desafíos de la inteligencia artificial. La creadora de 'Manolito Gafotas' hace casi treinta años tiene ya una larga carrera literaria, periodística y también cinematográfica. Escuchar a la calle es para ella, no solo una necesidad estilística, sino también una forma de conectar con la realidad de un modo que la tecnología no puede sustituir. Hace un año fue invitada por el festival Cuéntalo a una charla con el también escritor Luis Landero. Y ahora regresa a Logroño junto al poeta y director del Instituto Cervantes, Luis García Montero. Se trata de hablar.
Publicidad
– Buena conversadora y además con buenos amigos entre los escritores.
– He ido haciendo amigos de manera muy natural porque no soy una persona de frecuentar mesas redondas ni congresos. Soy muy egoísta con mi tiempo. Cuando entiendo que las promociones o los actos literarios me quitan demasiado tiempo prefiero renunciar a los beneficios que eso puede tener. Y sin moverme de ese mundo, entre las personas con las que te vas encontrando, yo me quedo con aquellas que me interesan, con las que estableces relaciones de interés personal.
– Supongo que Luis García Montero es una de esas personas. ¿Puede describirlo?
– Es una de esas personas que su carácter, su forma de estar en el mundo, tiene mucho que ver con estar rodeado de amigos. Es una persona que cuida la amistad, que la trabaja, que le gusta la conversación... Una persona de trato muy fácil y alegre, aunque ahora lo veamos en otra dimensión. Buena gente. Lo conozco desde hace muchos años porque mi marido [Antonio Muñoz Molina] vivía en Granada y ellos tenían amistad. Y como poeta es casi el maestro de todo aquello que se viene en llamar la poesía de la experiencia. Es una poesía que conecta muchísimo con el sentir humano. Y él lo hace con una sinceridad y una honestidad que lo convierten en un poeta muy cercano.
– Conversar y escribir son funciones principales del idioma. ¿Cómo se lleva usted con el español? ¿Cuánto le condiciona que sea el español y no otra lengua su herramienta de trabajo?
– A cualquiera que escriba le condiciona vivir y trabajar en una lengua que no sea el inglés, que es la lengua más internacional. Un escritor en inglés tiene más fácil traspasar fronteras porque sigue siendo la lengua del imperio. Pero yo me llevo muy bien con mi lengua. O con mis lenguas, porque el español es un idioma que contiene tantas lenguas y tantos acentos y tantas figuras orales tan diferentes que no podemos hablar de una lengua propia de España sino de tantas culturas. Siempre he pensado que deberíamos estar más cerca de América Latina, junto a países que hablan nuestra misma lengua desde culturas diferentes y con registros diferentes pero a la vez con tanto en común.
Publicidad
– ¿Cuál es el habla que más le influye?
– Yo soy una escritora que escucha el habla de la calle y amo la lengua como reflejo del sentir popular. Es algo que tiene que ver con mi personalidad: tener curiosidad, querer saber, escuchar, observar los giros que utiliza la gente cuando habla... La lengua en la calle es como la plastilina; se utiliza de formas distintas. Si algún don tengo, puede que sea ese, la escucha que se transforma en literatura.
– La inteligencia artificial, el lenguaje de las máquinas, en cambio, ¿le da reparo?
– No es reparo, es que prefiero no hablar de lo que no soy experta para no terminar cayendo en un lugar común. Todo lo que puedo decir es que la inteligencia artificial me parece estupenda si se emplea en fines que no afectan al ser humano, que no hagan que perdamos humanidad.
Publicidad
«Un escritor en inglés tiene más fácil traspasar fronteras porque sigue siendo la lengua del imperio»
el idioma
– ¿Cree, por ejemplo, que la tecnología y el dominio audiovisual ponen en peligro la cultura clásica de los libros, del pensamiento y el debate, de la narración...?
– Creo que se trata de eso. No hay que apelar a la nostalgia todo el tiempo, porque vivimos en el tiempo que vivimos, pero hay que valorar las cosas positivas. España tiene un número de lectores considerable. Se demostró especialmente durante el coronavirus; todos los oficios relacionados con el libro hicimos todo lo posible por no perder la conexión con los lectores. Nos servimos de las plataformas y de las redes para el fin de siempre de la literatura, que es llegar a los lectores. Ellos lo necesitaban y nosotros también. En ese sentido, la tecnología nos salvó y nos sirvió para hablar de libros, para tener conversaciones y para no perder relaciones.
Publicidad
– ¿No ve ningún riesgo?
– Claro que toda esta tecnología también tiene su lado oscuro y nos roba algo que antes teníamos más desarrollado, que es la atención; abrir los ojos y los oídos al mundo. Cuando te pasas mucho tiempo en el ciberespacio pierdes mucho tiempo de prestar atención al mundo. Todavía es más grave en los niños y adolescentes. Pero yo pienso que esto se tendrá que corregir de alguna manera cuando la gente se convenza de que es perjudicial para la salud, que tenemos menos capacidad de concentración, que pensamos peor, que genera una dependencia como otras drogas y te condena a un pensamiento obsesivo.
– Su última novela, 'A corazón abierto', salió en 2020. ¿Ya tiene la siguiente?
Publicidad
– Estoy escribiendo, pero es que he estado un año haciendo una película y eso supone un esfuerzo tan grande que no puedes hacer ninguna otra cosa.
– Ya había escrito guiones cinematográficos, pero 'Alguien que cuide de mí' ha supuesto dirigir por primera vez. ¿Cómo ha sido?
– Ha sido como si me pasara un tanque por encima. No hay experiencia que te exija más física y mentalmente que un rodaje. Es como una guerrilla. Hay que estar en contacto con muchos oficios en los que la gente sabe mucho de lo suyo y para mí ha sido muy enriquecedor aprender de todos ellos. Es una maravilla poder estar en contacto con personas que llevan tantos años practicando un oficio concreto. Muchos novelistas no saben lo que es trabajar con los actores, verlos encarnar las palabras que tú has escrito y darles alma. Eso es un regalo.
Noticia Patrocinada
– Acabamos de celebrar el Día de las Escritoras. Un mensaje para esta jornada, por favor.
– Hay mucha más visibilidad ahora de las escritoras en el mundo literario. Ha cambiado mucho el panorama y realmente hay muchas mujeres jóvenes emprendiendo su camino de manera muy diferente. Yo he tenido que trabajar mucho porque empecé escribiendo y publicando para niños y humor, y esas son cosas que se consideran de segunda categoría, aunque no lo son. Siempre creo que entré en este mundo por la puerta de atrás. No es justo, pero es así. Me he encontrado con muchas dificultades, a veces también con la condescendencia masculina. Pero creo que ha cambiado, como todo, y que ahora hay más respeto y consideración.
«Cuando te pasas mucho tiempo en el ciberespacio pierdes mucho tiempo de atención al mundo»
la tecnología
– 'Manolito Gafotas' va camino de cumplir treinta años. ¿Lo echa de menos?
– No, porque es un personaje que vive al margen de lo que yo haga y goza de buena salud. Acabo de firmar otra reedición de treinta mil ejemplares y ya no sé ni cuántas van. Ni siquiera primeras ediciones de nuevos libros tienen esas tiradas.
Publicidad
– ¿Su trabajo de articulista es la parte más alimenticia de su oficio de escritora?
– No, porque afortunadamente mis libros tienen lectores. En España hay como una tendencia de que quien escribe libros acabe escribiendo una columna. En mi caso ha estado muy ligado a que yo empecé como periodista en la radio. No es un mundo extraño.
– ¿Se siente creadora de opinión?
– Eso lo dirán los demás. Yo expreso cosas que están en el ambiente, que es lo que creo que debe hacer un columnista: poner en palabras aquello que está fluyendo en la calle y preocupa. Has de conectar bien con eso, estar informado. Si te dicen 'has escrito lo que yo pensaba' es que lo estás haciendo bien.
Publicidad
– Sus artículos son muy frecuentes en los exámenes de selectividad. ¿Qué opina de eso?
– Me parece muy bien. Yo creo que si los profesores los ponen es porque los valoran y trabajan mucho con ellos en clase porque provocan discusión, y eso es halagador pero también me parece muy interesante. Por otro lado, creo que también se debe a que son un reflejo de la escritura de los periódicos. Un periódico no es un ensayo ni un tratado; es algo que se tiene que entender. Tienes que hacer un esfuerzo por hacerte entender: expresar tres ideas en un artículo, relacionarlas y que se entiendan. Yo en mis artículos trato de trabajar la claridad. Así que yo, encantada de que me ponga en los exámenes, pero que les aprueben a todos.
– ¿Le gustan las nuevas generaciones literarias?
– Me echo a temblar cuando oigo hablar de relevo generacional porque pienso que es como una especie de venganza. La literatura no es una empresa con cargos directivos y empleados que se van sucediendo. En la literatura tienen que convivir Tolstói y el joven Chéjov. Si hablamos de relevo generacional es que no estamos entendiendo de qué va esto. Y se lo he escuchado a alguna autora joven. No. Cuando yo empecé a escribir tenía que saber lo que habían escrito antes de mí. Y aquí nadie viene a quitarle el sitio a nadie. Podemos convivir perfectamente.
¡Oferta especial!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión