Banksy reaparece en Londres con un mural de un juez golpeando a un manifestante
El grafiti, pintado en la fachada del Tribunal Superior de Justicia, coincide con la polémica por la detención de cientos de activistas en apoyo a Palestina
Ekaitz Vargas
Martes, 9 de septiembre 2025, 19:25
El arte de Banksy ha vuelto a sacudir el corazón de Londres. En la fachada del histórico Tribunal Superior de Justicia, el enigmático artista británico dejó este lunes una escena tan cruda como simbólica: un juez con toga y peluca levanta el mazo para golpear a un manifestante caído en el suelo, que aún sostiene una pancarta manchada de rojo. La obra, rápidamente viralizada en redes sociales, fue reivindicada por el propio Banksy en Instagram con su localización: «Royal Courts of Justice. London».
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El mural no tardó en generar controversia. A primera hora ya estaba cubierto por plásticos negros y protegido por barreras metálicas y agentes de seguridad. Las autoridades justificaron la medida por la antigüedad del edificio victoriano, con 143 años de historia y considerado patrimonio protegido. La Policía Metropolitana, además, ha abierto una investigación por un posible delito de daños criminales.
Apoyo a Palestina
La aparición de esta obra no llega en un momento cualquiera. Apenas dos días antes, cerca de 900 personas fueron detenidas en Londres durante una protesta en apoyo al grupo Palestine Action, recientemente proscrito por el Gobierno británico. Para colectivos como Defend Our Juries, que organizó aquella movilización, la pintura de Banksy refleja «la brutalidad desatada» contra la disidencia. «Cuando la ley se utiliza como herramienta para aplastar las libertades civiles, no extingue la protesta, la fortalece», señalaron en un comunicado.
Aunque el grafiti no menciona explícitamente este conflicto, muchos han interpretado su mensaje en ese contexto. No sería la primera vez. Desde sus inicios en Bristol, Banksy ha convertido sus murales en denuncias visuales contra la guerra, la represión o las desigualdades sociales. Ya en Cisjordania, Gaza, París o Venecia dejó huellas imborrables de su compromiso político. Hoy, en pleno centro de Londres, vuelve a recordar con un martillazo que el arte también puede ser un acto de resistencia.
La trayectoria del artista está plagada de gestos que trascienden lo estético para entrar en el terreno de lo político. En el Festival de Glastonbury, por ejemplo, sorprendió con una barca inflable cargada de maniquíes vestidos como migrantes, una acción que apuntaba directamente a las muertes en el Canal de la Mancha. Años antes, en Italia, presentó 'The Migrant Child', la imagen de un niño náufrago con un chaleco salvavidas y una bengala rosa en la mano, que se convirtió en uno de sus mensajes más potentes sobre la crisis humanitaria en el Mediterráneo.
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Lo que sí está claro es que la obra no permanecerá mucho tiempo a la vista. El Servicio de Tribunales y Cortes de Su Majestad (HMCTS) ha confirmado que será retirada debido al estatus protegido del edificio, un inmueble catalogado cuyo aspecto debe conservarse. Por ahora, la pintura sigue oculta tras lonas negras y vallas metálicas, vigilada día y noche. La medida ha generado debate: ¿es un acto de preservación patrimonial o una forma de censura?
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