Matan a perdigonazos a un gato que estaba en el interior de la finca de su dueña en Haro
«Creemos que el disparo se produjo desde la valla», afirma su dueña. «Era un gato que se acercaba a saludar a todo el que pasaba»
Willy era un gato que llegó enfermo y con problemas oculares a manos de una familia de Haro. Ellos se hicieron cargo de él, lo adoptaron junto a su hermana Maya y cuidaron de ambos hasta que se recuperaron, fue entonces cuando los trasladaron a su finca.
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«Era un gato muy especial, muy juguetón y muy adorable. Siempre saludaba a todos y se acercaba para que le acariciaran. Por eso creemos que se acercó a la valla, porque oyó a alguna persona», explicó ayer una de sus dueñas. Eso es lo que supone su familia, tras encontrárselo muerto en la tarde del pasado domingo en su finca privada con apenas 11 meses.
El animal fue trasladado al veterinario donde le hicieron una radiografía y vieron los perdigones que se alojaron, sobre todo, en la zona de la cara pero también afectaron a otras partes del cuerpo como sus patas.
Consideran que pudo ser deliberado por «los perdigones que tenía en la cabeza y la distancia que fue de unos 10 metros»
«Hablando con una asociación de caza nos dijeron que las horas de caza son de 17.00 a 21.00 horas así que intuimos que ha podido ser un cazador, pero no lo sabemos porque cualquier persona con licencia de armas ha podido hacerlo», continúa.
Por ello, consideran que pudo ser intencionado: «Por los perdigones que tenía en la cabeza, la cantidad por cartucho y la distancia, ya que encontramos su cadáver junto a la puerta, creemos que el disparo pudo realizarse desde unos 10 metros».
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El hecho ya ha sido denunciado a la Guardia Civil aunque no guardan muchas esperanzas de encontrar al responsable. «Nos han dicho que lo van a investigar pero como tampoco tenemos pruebas, se dejará pasar el tiempo», afirma.
«No han ido a investigar si hay algún cartucho por los alrededores, ni siquiera recogieron las pruebas de los perdigones que le pedimos a la veterinaria para entregar como prueba», añade.
Por ello, quieren dar visibilidad al hecho y denunciarlo «para que no vuelva a ocurrir». «Se trata de una finca en la que muchas veces estamos cenando, merendando o comiendo. Muchas veces hay personas, incluso niños», explica.
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Ahora, tras este duro suceso, han compartido lo ocurrido en redes para buscar ayuda de alguien que haya podido ver algo extraño. «Estamos con un dolor inmenso, por eso queremos darle voz al suceso porque puede haber alguien que tenga un arma y que vaya disparando a lo que se mueve y le da igual», relata apenada la dueña.
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