Plaza Chica ya cuenta con administrador concursal para dar salida a su futuro

Sindicatos y abogados de la empresa mantuvieron el martes la segunda reunión para negociar la solicitud del expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) al que se ha acogido la firma tras el impacto y freno en su actividad de la causa judicial por presunto fraude alimentario. En esta, los abogados de la empresa informaron a los sindicatos que ya está registrado el auto del concurso de acreedores y nombrado el administrador concursal. «Ha ido muy rápido, cuando lo normal es más de un mes. Ahora, el interlocutor ya no es la empresa, ahora todo depende del administrador concursal, que es con quien tenemos que hablar todo para agilizar el tema del ERTE, conocer la viabilidad de la empresa...», explica el responsable del sindicato UGT-Fica en La Rioja Baja, Fernando Molina.

Como primer paso, el administrador concursal ha de realizar una auditoría que le muestre la realidad de Plaza Chica. A partir de ahí, comprobar qué pagos tiene pendientes, como los retrasos por el convenio con los trabajadores (continúan de permiso retribuido sin acudir a su puesto).

El otro paso es el futuro laboral de los trabajadores, que quedan a expensas de la decisión que tome el administrador concursal. La empresa ha transmitido a los sindicatos que hay una firma con «avanzado» interés de alquiler mercantil para la planta de Alfaro, que podría retomar la actividad en un plazo medio de tiempo, mientras que la de Cervera del Río Alhama está a la espera de respuesta de interesados.

«Si nos aseguran que va a haber viabilidad de la empresa en dos o tres meses, seguimos adelante con el ERTE. Pero si no ve una viabilidad cierta, que se le dé la oportunidad a los trabajadores de poder decidir su futuro –plantea Molina tras las asambleas con los trabajadores–. Es fundamental que el administrador concursal adelante el asunto, porque hay 115 personas que no saben si van a ir a un ERTE o no, si hay viabilidad, si van a cobrar... Esto genera muchos nervios e, incluso, ansiedad. Los trabajadores reclaman una solución, sea para bien o sea para mal, pero que les dejen tener las riendas de buscarse su vida, que puedan decidir su futuro en el caso de que la empresa no tenga viabilidad, que no los mantengan en ascuas».

Sindicatos y empresa se encontraron también el pasado viernes en el acto de conciliación debido a las más de 80 reclamaciones de trabajadores del pago de los retrasos por el convenio laboral. «En lugar de reconocer la deuda, no llegaron a un acuerdo», lamenta Molina. De este modo, esta demanda quedará también en manos y tarea del administrador concursal.