Una exposición recorre el legado de Mateo de Rubalcaba en la región
Amigos de San Miguel presenta veintiséis fotografías de su obra, repartida en Alfaro, Tricio o San Millán de la Cogolla
Gran parte de la majestuosa riqueza de la colegiata de San Miguel irradia de la sillería de su coro, una obra de arte que lleva ... la firma del escultor Mateo de Rubalcaba. Nacido en 1655 en Heras (Cantabria), falleció en Alfaro el 29 de octubre de 1708, dejando ese legado, además de las esculturas para el primer proyecto del altar mayor del templo, que se distribuyeron al desistir de éste en distintos espacios y capillas.
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Desde esa trascendencia, la Asociación Amigos de San Miguel le dedica su cuarta exposición fotográfica, que se inauguró en el mediodía de ayer y permanecerá abierta en la sala de exposiciones del antiguo ayuntamiento, en la plaza de España, hasta el 12 de agosto en un horario de 18.30 a 20.30 los días laborables y de 11.00 a 13.00 los sábados y festivos.
«Es un hombre que pasa desapercibido, pero merece tener en cuenta por su presencia en Alfaro, tanto en el coro, para el que se alió con el arquitecto Francisco de la Cueva, como para las figuras de los cuatro apóstoles, de la Fe, de los doctores de la iglesia...», valoró ayer en su apertura Manolo Alonso, presidente de la asociación, organizadora de la muestra con la colaboración del Ayuntamiento y de la parroquia.
Las paredes de la sala recorren veintiséis fotografías, una parte dedicada a la obra de Rubalcaba en Alfaro y otra a su huella en otras localidades riojanas como Nájera, Yuso, Tricio, Uruñuela o San Millán de la Cogolla. Como apoyo, la asociación ha preparado una completa guía de la exposición, que explica el protagonista de cada escultura, su historia e iconografía.
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Como un regalo más, la asociación muestra al público el único cantoral de facistol que queda en la colegiata, cuya restauración en el monasterio de Santa Lucía ha financiado.
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