Comienzan los trabajos que recrearán el templo de Graccurris en Alfaro y enriquecerán su visita

Tiberio Sempronio Graco no daría crédito. Palas a motor moviendo tierras, generadores eléctricos alimentando la herramienta de encofrado, operarios con instrumentos que desconocía en aquel 179 antes de Cristo en el que fundó la ciudad de Graccurris, con su nombre, que se convertiría en fundamental para la conquista del resto de Hispania, comenzando por Numancia.

Después de tres intentos, finalmente el Ayuntamiento encontró una empresa que la ejecutara y Alfaro Construcciones y Obras ha comenzado la realización del proyecto, que aspira a convertir el yacimiento de las eras de San Martín en un referente turístico de la mano del patrimonio y la historia.

Con un precio de adjudicación de 669.735 euros, financiados por fondos europeos del Plan de Sostenibilidad Turística en Destinos y con plazo para finalizarlos en marzo de 2026, los trabajos han comenzado por dos lugares: a unos metros de la entrada, la construcción del centro de bienvenida y recepción de visitantes, que funcionará como centro de interpretación con audiovisuales, material didáctico, maquetas para invidentes, etc.; y, en la zona donde se ubicaban los tres templos, el movimiento de tierras y retirada de rellenos para recrear el mayor de ellos, en cuyo interior mostrará más información con audiovisuales, además de cubrir sus restos para actividades interpretativas con la restauración parcial de las gradas de su piscina ritual.

Sobre el proyecto redactado por Óscar Reinares, el objetivo es que el yacimiento sea accesible para todos los visitantes a través de pasarelas de madera, musealizar sus contenidos y enriquecer el paseo con paneles didácticos y la recreación del templo principal. «Además de facilitar la visita, la actuación trata de conservar el yacimiento, para lo que se van a cubrir los restos, se va a descubrir una parte de la base de la piscina ritual y se restaurarán los sillares y siete escalones», explica Asun Antoñanzas, de Labris Arqueología, encargada de la supervisión de los trabajos.

Dado que la parte del templo donde se trabaja está excavada, estudiada y con sus informes, las máquinas retiran parte de sus rellenos para preparar las zapatas sobre las que se asentará la recreación del templo.

«Aunque tenemos controlado lo que hay en cada lugar, los trabajos tienen que ir poco a poco y con cuidado. El proceso va a ser lento, tanto con máquinas como a mano», explica Antoñanzas.

Con estas recreaciones, el yacimiento de Graccurris va a ganar gran atractivo para el turista, pues estará plenamente preparado para recibirle, trasladarle a la época y conocer complejos singulares, como los tres templos con piscina ritual, una de las pocas existentes en la península. «Esperamos que esta actuación sirva de motor del yacimiento, que lo venga a visitar mucha más gente y que sea un punto de inicio para seguir trabajando aquí, valorando que tenemos un yacimiento importante con mucho por conocer», aplaude el arqueólogo alfareño Toño Aguirre.