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Sanda Sáinz
Jueves, 28 de julio 2016, 21:21
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Las fiestas de Santa Ana terminaron con polémica cuando varias mujeres entraron a bailar la Gaita, una danza típica de la localidad que tradicionalmente sólo bailan jóvenes varones solteros. El hecho motivó el parón momentáneo de la música por orden de la cofradía de Santa Ana.
Desde hace unos años está latente la reivindicación de algunas mujeres que desean formar parte de la danza. Incluso varias jóvenes barajaron la posibilidad de formar un grupo para el día de la Virgen de agosto, algo a lo que la cofradía de Santa Ana asegura no haber puesto impedimento, pero no salió adelante.
El 27 de julio es costumbre que a los danzantes de la fiesta se unan otros veteranos que ya lo dejaron. Estos lo hacen al final de la mañana y sólo en el tramo de la carretera. Pero el hecho es que hace un par de años comenzaron a incorporarse algunas chicas. A esto no se le dio mayor importancia y en la danza participaban también niños y personas que no habían bailado antes.
Un grupo de danzantes veteranos, con el deseo de relanzar este día, pidieron que los que habían formado parte de la Gaita años atrás acudiesen a bailar con los pañuelos, pulgaretas (castañuelas), fajas y alpargatas (la indumentaria típica), una iniciativa que había calado.
Parar la música
Pero este miércoles ocurrió algo que dio un vuelco a la situación. Miembros de la junta de la cofradía indicaron que los músicos (contratados por la entidad) debían parar la música si alguna mujer se incorporaba. Se dijo que la medida la tomaron hace tiempo las cofradías de Santa Ana y San Gil en una reunión conjunta.
Y esto ocurrió en la carretera cuando se llevaba un rato bailando. Entonces parte del público presente comenzó a abuchear, gritar y discutir. Tras unos minutos de tensión otro integrante de la cofradía instó a los músicos a que siguiesen tocando porque, independientemente de estar a favor de mantener la tradición masculina, la danza debía seguir como hicieron algunos danzantes. Los gaiteros reanudaron la música y hubo quienes prefirieron dejar de bailar. En pleno alboroto salieron mujeres de todas las edades, entre ellas la alcaldesa, Estrella Santana.
Ahora a ambas cofradías les queda una difícil tarea para abordar esta situación. El problema, además, es la división creada en el pueblo entre los que quieren una cosa u otra. E incluso hay quienes defienden que siga la tradición pero no les importa que en este momento puntual del día 27 bailen las mujeres.
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