El origen de la alianza de las Siete Villas

La directora académica del IER, Aurora Martínez Ezquerro, ha presentado este miércoles la obra La Mancomunidad hace la fuerza. La lucha señorial de las Siete Villas del Alto Najerilla en el s. XV y su institución de autogobierno, volumen editado por el IER y en el que Manuel Sáinz Ochoa analiza la alianza gestada a lo largo del siglo XV por las Siete Villas y la fortaleza política que alcanzaron en el siguiente siglo.

El libro se adentra en la constitución de la mancomunidad de villas en el siglo XVI formada por Brieva, Canales, Mansilla, Ventrosa, Villavelayo y Viniegra de Abajo y detalla su gran fortaleza institucional y su minuciosa organización interna.

Para ello, construyeron una casa que albergaba las reuniones de la mancomunidad la célebre Casa de Islas, hoy oculta bajo el pantano de Mansilla-, se dotaron de funcionarios propios para su servicio y reglamentaron muy rigurosamente la representación de cada una de las villas en la junta general que tomaba decisiones sobre un amplísimo número de asuntos

La Mancomunidad decidía sobre la fiscalidad señorial, sobre las levas al ejército, sobre la clasificación de los ganados, sobre los precios que debían regir en el territorio... De manera que hoy en día sería considerada como un ente autonómico comarcal.

Se trata de una organización muy longeva que continuó vigente hasta el año 1955 y que llegó a alcanzar multitud de acuerdos durante sus casi cuatro siglos de historia, todos ellos incluidos y analizados en el libro que ha sido presentado.

Antiseñorial

Sin embargo, el autor destaca que su nacimiento no lo motivó la organización del territorio, sino la voluntad de resistir las pretensiones de los Ramírez de Arellano, señores de los Cameros. Como así respalda los dos primeros reglamentos de la mancomunidad, marcado por un carácter claramente antiseñorial. De tal modo es así, que Viniegra de Arriba queda excluida de la mancomunidad en contra de la lógica territorial- por el simple hecho de no pertenecer a la casa Arellano.

A partir de ahí, y con este planteamiento antiseñorial como punto de partida, el volumen indaga en el contexto económico, social y político del territorio serrano en el siglo XVI, intentando encontrar en la situación histórica de ese tiempo las razones de la aparición de una institución tan poderosa; describe la lucha antiseñorial, muy dura y muy violenta, que sostienen las villas contra los condes de Aguilar; y a ofrecer una visión general de las relaciones de hostilidad o clientelismo de las grandes familias nobiliarias con intereses en La Rioja.

Descontrol político

La fuerte unidad de las villas logró una victoria casi total en los tribunales, merced a la sentencia de la sala de las Mil Quinientas Doblas de julio del año 1500. Pero la reacción del conde fue la de reponer por la fuerza su derecho, con el apoyo y la connivencia de los Fernández de Velasco, Condestables de Castilla. Lo hizo con una violencia y una brutalidad que sólo puede explicarse por el ambiente de descontrol político que se vive en el reino en los breves años de Juana la Loca y Felipe de Borgoña.

Hasta después de la convulsión de los Comuneros, no vuelve restablecerse en la sierra un clima de normalidad que da paso a la constitución de la Mancomunidad. Sus primeros reglamentos son de 1555 y de 1584. Pero una institución tan desarrollada y con tan amplia autonomía de actuación sólo puede explicarse por la existencia previa de tradición comunal muy arraigada. La primera parte del libro se dedica a indagar qué indicios de esa costumbre comunitaria se conservan en la documentación y la epigrafía medievales.

La Mancomunidad hace la fuerza. La lucha señorial de las Siete Villas del Alto Najerilla en el s. XV y su institución de autogobierno, del que se han editado 600 ejemplares, puede adquirirse al precio de 15 euros en la librería del IER.

Además, el viernes a las 20 horas en el Ateneo Riojano, Manuel Sáinz ofrecerá una charla en la que desgranará la historia de las Siete Villas recogida en el libro.

Sobre el autor

Manuel Sáinz Ochoa, natural de Cervera del Río Alhama, es licenciado en Historia Moderna y Contemporánea en la Universidad de Barcelona y ha ejercido como profesor de Historia del Arte en la Escuela de Artes y Superior de Diseño de Logroño.

En 1983 abandonó la docencia al resultar elegido alcalde de Logroño, cargo que ejerció hasta 1995. Volvió entonces a la práctica de la enseñanza y obtuvo el Diploma de Estudios Avanzados en Ciencias Humanas y Sociales en la Universidad de La Rioja defendiendo como tesina parte de esta obra. Como fruto de su afición investigadora ha publicado artículos sobre historia del arte y sobre historia de La Rioja en diversas revistas.