AGRICULTURA

La producción de biodiésel dispara los precios del cereal a cotas de hace 20 años La gasolina que viene del verde La planta de Calahorra sigue en obras

Los biocombustibles son ya la gran apuesta energética de este siglo Muchos agricultores habían prescindido de buscar altos rendimientos para rebajar costes, pero ahora, con la tonelada de trigo a 166 euros, se prevé que aumente la cosecha

V. SOTO V. S.

Domingo, 5 de agosto 2007, 16:47

Las condiciones del mercado agrario global han traído buenas noticias a los agricultores riojanos que aún mantienen cultivos de cereal. Después de muchos años de precios «irrisorios» y de la única ayuda de las subvenciones europeas, los agricultores por fin ven un presente (y futuro) más próspero.

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Los últimos precios del mercado del trigo marcan 166,4 euros por tonelada, una cifra que no se alcanzaba desde 1986, cuando superó los 180 euros. Mientras, la cebada ha llegado a los 150,4 euros por tonelada y el maíz, a 178, cifras que no se habían alcanzado en las tres últimas décadas. De la misma forma, se prevé que el pan y otros derivados siguen aumentado de precio en los próximos meses.

El auge de los biocarburantes, elaborados con maíz o girasol, ha provocado que los productores de muchos países se hayan decantado por estos cultivos en vez de por el de cereal, menos rentable. De esta forma, las exportaciones a España y la UE han descendido notablemente, causando a su vez un aumento del precio de trigo y cebada. La situación es tal que la UE, que hasta ahora obligaba a dejar el 10% de los campos de cereal yermos para optar a subvenciones, acaba de anular esta medida.

«El año pasado se inició la campaña con precios bajísimos y con problemas de venta», explica Manuel García, de ARAG-ASAJA. «Entonces, muchos agricultores no buscaban rendimientos, sino rebajar costes, pero el próximo año seguro que habrá más inversión en el cultivo del cereal porque se espera que crezcan más los precios», prosigue. Para UAGR, la recuperación del precio de los cereales es una buena noticia, pero que no oculta las dos décadas en las que estos productos no resultaban rentables para el agricultor.

La economía mundial lleva arrastrando desde los años 70 la sombra de la crisis energética del petróleo. El crecimiento se ha mantenido mientras los precios del bruto han aumentando ligeramente. Sin embargo, el alza de los últimos años y las previsiones de futuro, que cifran en 100 euros el coste del barril, han provocado el desarrollo definitivo de las energías 'bio', con el cultivo de plantas como el maíz, arroz, sorgo o caña de azúcar, de las que se refinan los biocombustibles.

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Como contrapartida, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ya ha advertido de que el rápido crecimiento del mercado de los biocarburantes tendría como principal efecto el aumento de los precios agrícolas en los próximos diez años.

Un biocarburante es, por definición, cualquier tipo de combustible derivado de la biomasa o de organismos recientemente vivos o sus desechos, como el estiércol. Debido a su capacidad calorífica y a su menor poder contaminante, los biocombustibles ofrecen bastantes soluciones para frenar el cambio climático. Sin embargo, su alto valor económico ha conllevado la destrucción de enormes masas forestales en Asia y América para el cultivo de estos productos.

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Entre los biocarburantes, existen dos grandes tipos: el bioetanol, que se obtiene a partir de maíz, sorgo, caña de azúcar o remolacha; y el biodiésel, fabricado a partir de aceites vegetales (soja, girasol o colza, por ejemplo), que pueden ser tanto usados como sin usar.

Ventajas

Las ventajas de estos biocombustibles son variadas: son vegetales, biodegradables y, en contrapartida al petróleo, resultan inagotables, puesto que se puede plantar y refinar continuamente. Además, no genera residuos peligrosos y reduce las emisiones de dióxido de carbono entre un 20 y un 80%, rebajando la contaminación atmosférica.

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Según los estudios, el uso de estos carburantes en los vehículos alarga la vida del motor. Además, los biocombustibles se pueden mezclar con la gasolina según distintas proporciones. Los motores convencionales 'soportan' la presencia de hasta el 10% de estos en el depósito, mientras que en vehículos preparados se puede llegar al 100% (en España su utilización se centra en el transporte público).

Durante el pasado año, se produjeron en España 445.000 toneladas de biocarburantes, aunque para éste se prevé que la cifra se duplique, según la consultora DBK. La progresión imparable de este sector hace que las previsiones de producción para el 2008 sea de 2,4 millones de toneladas. Todo gracias a la creación de once nuevas plantas en lo que queda de año y otras veinte en el 2008, entre ellas la de Calahorra, que se suman a las 19 ahora operativas. Las obras de la futura planta de generación de biodiésel en Calahorra siguen avanzando. El complejo, que generará 250.000 toneladas de este combustible al año, ha sido promovido por la empresa 'Iniciativas Bioenergéticas' y supondrá una inversión de unos 70 millones de euros. De cumplirse los plazos, la iniciativa estará en funcionamiento en el segundo semestre del 2008.

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