Bautismo policial en la bici

Las bici-patrullas se estrenaron ayer por el entorno del parque del Ebro y el Puente de Piedra. Los agentes optaron por los pantalones largos, pese a que existe la posibilidad de bermudas para esta forma de patrullaje, y pertrechados con el casco, se pusieron a rodar hasta el entorno de Las Norias. La experiencia fue de unas dos horas y satisfactoria en cuanto a la comprobación del material, indicó el concejal del área, Miguel Sáinz.

Pero los primeros pedaleos de este tipo de patrullaje no han sido muy del gusto de parte de la plantilla policial. Desde el Sindicato de Policía Municipal (SPPME) resaltan que se pidieron voluntarios para las bicis para que el servicio funcionara como en otras ciudades, pero apenas se presentó nadie. «Y solo porque las bicis son la punta del iceberg», añaden las mismas fuentes.

Después de haber oído hablar tantas veces de la necesidad de políticas de austeridad, los sindicalistas señalan que la inversión realizada en la puesta en marcha de este sistema de patrullaje (unos 14.000 euros) no era, a su juicio, prioritaria. No cuando el 'multacar' lleva dos meses parado y no cuando los 'narcotest' que se utilizan son, en su opinión, «mejorables».

Tras señalar que se han presentado muchas medidas que supondrían ahorro, aseguran que la primera respuesta que advierten al respecto es ésta. A quien le ordenan patrullar de esta forma no se va a negar, indican desde el SPPME, pero avisan: «Habrá que ver si la tramitación ha cumplido los trámites oportunos». Porque, a su juicio, la circunstancia quizá debería figurar en la relación de puestos de trabajo de forma que cada uno sepa si le tocará o no patrullar de esta manera, como sucede, por ejemplo, con los agentes que salen en moto. Y quizá también debería comunicarse al comité de salud laboral.

Por su parte, Sáinz no cree que sea necesario plasmar la circunstancia en la relación de puestos de trabajo como tampoco lo es el patrullaje a pie; y respecto a la consulta al comité de salud laboral, el edil dice estar «muy tranquilo». Él achaca las reticencias al cambio, porque «nunca se había patrullado así».