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El Gobierno silencia en el pacto antiyihadista sus planes de colaboración militar con Francia

Margallo aventura tres escenarios de cooperación, dos en Siria y uno en los países del Sahel africano

ALFONSO TORICES

Viernes, 27 de noviembre 2015, 00:56

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El Gobierno sigue sin querer dar la menor pista sobre los planes que contempla para la colaboración con Francia y el resto de socios europeos y aliados en la lucha internacional contra el terrorismo yihadista. La reunión de ayer en el Ministerio del Interior de la comisión de seguimiento del pacto antiyihadista solo sirvió para escenificar la consolidación de la unidad del Ejecutivo y la mayoría de los partidos con la incorporación formal al acuerdo de Ciudadanos, UPyD, Unió y el Partido Aragonés, lo que supone la ampliación de los cinco firmantes, PP, PSOE, Coalición Canaria, UPN y Foro, a nueve.

El ministro del Interior, que ejerció de representante del Gobierno en la reunión, no comentó sin embargo con los responsables de los partidos información alguna sobre los escenarios que analiza el Gobierno en la casi una hora que duró el encuentro y se limitó a repetir que cuando España sepa qué tipo de contribución concreta demanda Francia la analizará y tratará de consensuar con todos los firmantes del pacto de Estado su propuesta antes de trasladarla al Congreso para recibir de la Cámara baja el respaldo que exige la ley.

Jorge Fernández Díaz expuso en la reunión que España ya tiene una notable contribución militar en África, Oriente Próximo y Afganistán en operaciones de la ONU, la OTAN y la Unión Europea contra el yihadismo. Reclamó además que, pese al «riesgo real» de atentados yihadistas en España y en Europa, hay que mantener la tranquilidad y la confianza porque la calidad del trabajo que realizan en la lucha contra estos terroristas tanto las fuerzas de seguridad como los servicios de inteligencia españoles es de un altísimo nivel y eficacia, algo, dijo, reconocido por la comunidad internacional.

A la espera

El Gobierno, como dejaron claro en sus declaraciones tanto la vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, como el ministro de Asuntos Exteriores, no va a tomar la iniciativa en las propuestas de contribución militar y espera a ser específicamente requerido para ello por Francia con una petición concreta. Petición que, tanto una como otro, insistieron en que aún no se ha producido.

En los planes del Ejecutivo sigue la idea de intentar que el debate sobre la posible contribución española a una coalición internacional contra el Estado Islámico no tenga que producirse hasta pasada la campaña electoral y los comicios generales del 20-D. De hecho, la reunión del pacto antiyihadista terminó sin plan alguno de trabajo sobre la mesa y sin que el ministro emplazase a los representantes políticos a encuentro o citas a corto plazo.

El PSOE, al menos por el momento, no da señales de que vaya a meter prisa al Ejecutivo para que abra la discusión sobre el papel que España tiene que jugar en la alianza internacional. No así otros partidos, como Ciudadanos y UPyD, que ayer mismo insistieron en que la campaña electoral no puede ser freno para nada «porque los terroristas no descansan», y que el Ejecutivo tiene que concretar ya que aportación va a realizar a la lucha contra el Estado Islámico, como están haciendo Alemania o el Reino Unido.

La estrategia de contención del Ejecutivo, sin embargo, puede alterarse la próxima semana, cuando Mariano Rajoy coincida el lunes en París con François Hollande en la Cumbre del Clima. De hecho, el presidente español es de los pocos mandatarios del círculo cercano a Francia con el que le queda por contactar a Hollande, tras hablar con los gobernantes británico, estadounidense, alemán, italiano y ruso.

El único miembro del Gobierno que se atrevió a dibujar en público qué tipo de acciones podría requerir Francia a España fue el titular de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo. El jefe de la diplomacia apuntó que «podemos adivinar» que Francia puede pedir apoyo en tres escenarios: intervención directa en las operaciones de bombardeo en Siria; apoyo logístico a las unidades que realizan esos ataques aéreos en el país árabe; y mayor protagonismo de los países europeos en el Sahel para que las tropas francesas pueda aligerar su importante despliegue militar en esa zona de África.

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