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Fernández (C's), Martínez (PSOE), Sáenz (PR+) y Cámara (IU) en la primera reunión del 2015. :: D.M.A.
La primera moción que no fue

La primera moción que no fue

Hace un año y tres meses ya se inició un proceso de censura que no culminó

Diego Marín A.

Sábado, 3 de diciembre 2016, 17:36

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No es la primera vez que en Villamediana arranca el proceso de una moción de censura contra el alcalde. En esta misma legislatura, hace un año y tres meses, se produjeron unas reuniones para fraguar una acción que derrocase a Tomás Santolaya de la Alcaldía pero la oposición no llegó a ponerse de acuerdo. Durante el proceso de negociación, que se alargó un par de semanas, el regidor municipal acabó por anunciar su retirada, lo que disolvió el intento de moción de censura iniciado por Ciudadanos y, al final, quedó en una fructífera medida de presión.

Todo comenzó el 13 de junio del 2015, día del pleno de investidura. El Partido Popular fue el más votado en las últimas elecciones y obtuvo cinco concejales, pero no logró la mayoría absoluta, por lo que debía pactar o contar con abstenciones para gobernar en minoría. Ana Belén Martínez, del PSOE, con tres ediles, intentó formar un gobierno de coalición alternativo, pero le faltó el crucial apoyo de los dos miembros de C's. La Corporación municipal se completaba con otros dos ediles de IU y otro más del PR+.

Después de varios días de intensa negociación entre PP y C's, el pacto de gobernabilidad se firmó en un bar de Villamediana dos horas antes del pleno de investidura. Los populares rubricaron el acuerdo «a la carrera y con malas caras», según describió el entonces coordinador de C's en La Rioja, Jesús David García, disconforme con una de las condiciones: el abandono de Santolaya del puesto de alcalde por «regeneración democrática». El PP obtuvo una prórroga de más de tres meses, Santolaya se marcharía antes del 30 de septiembre. Pero llegado ese mes el alcalde villametrense, tras más de 20 años en el cargo, no daba señal de retirada.

Un día antes de las fiestas de Santa Eufemia se conoció que la Fiscalía advertía de «una omisión absoluta de las funciones de vigilancia urbanística por parte del equipo municipal, en la persona de su alcalde y del arquitecto técnico» y un posible «delito de prevaricación», por lo que C's exigió «la dimisión inmediata» de Santolaya, quien respondió claramente: «Yo no tengo por qué dimitir». Ante esto se inició el proceso de negociación para presentar una moción de censura con el acuerdo de PSOE, C's, IU y PR+. El voto del edil regionalista no era necesario pero se contó con él de forma simbólica.

El jueves 10 de septiembre se produjo la primera reunión con Ana Belén Martínez (PSOE), Modesto Fernández (C's), Jesús Ángel Cámara (IU) y Rubén Sáenz (PR+), tras un pleno municipal en el que Santolaya insistió en su intención de no dimitir. Aquella fue una primera toma de contacto. Una semana después se acercaron posturas en la segunda reunión celebrada en la sede del PSOE pero no se alcanzó el acuerdo a pesar de una tercera cita. No se decidía el nuevo alcalde. Martínez se postuló como nueva alcaldesa, por ser la segunda fuerza más votada, pero Cámara compitió. «Yo me había postulado como alcalde. Eso nos llevó un rato y quedó sin decidir», confesó Cámara. Entretanto, finalmente Santolaya dejó la alcaldía, le sustituyó Rubén Gutiérrez y la moción se evaporó.

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