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Margarita Ferreras, la poeta olvidada

La investigadora Marian Chaparro reivindica la figura de esta mujer, amiga de escritores del 27 y autora de un insólito libro injustamente olvidado

ANTONIO PANIAGUA

Domingo, 11 de enero 2015, 00:59

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Fue la autora de un libro audaz que merece ser subrayado. Margarita Ferreras publicó en 1932 un libro que rezuma erotismo y posee un sentido reivindicativo, pionero e infrecuente en su día, sobre el papel de la mujer. Se trata del poemario 'Pez en la tierra', el único que publicó la escritora. Ferreras no pertenece al grupo fundador de la Generación del 27, pero sí se relacionó con algunos autores de este grupo. Marian Chaparro, investigadora de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR), ha analizado en un artículo la biografía de esta mujer y el poder evocador de sus imágenes poéticas para ensalzar la figura de esta poeta olvidada.

Para la autora del estudio, la vida de Margarita Ferreras «está repleta de algunas luces y muchas sombras». De acuerdo con las memorias de Manuel Altolaguirre, el verdadero nombre de la poeta era Margarita Cañedo. La autora fue amante de un infante de España y, cuando estalló la Guerra Civil, escapó a Valencia, donde enloqueció. De allí huyó al extranjero, donde definitivamente se le pierde la pista, La contienda exacerbó las contradicciones de Ferreras, quien, según Altolaguirre, se sentía sola y atenazada por un «terror inmenso por el porvenir». El escritor se preocupó por su estado y la acompañó en una ocasión al cuarto de su hotel, pero no logró recuperar el buen juicio. «Siempre estaba dispuesta a realizar planes disparatados», asegura el escritor. Con todo, gracias a sus amistades y protectores pudo Ferreras conseguir un pasaporte para salir de España.

La poeta llegó a conocer a Juan Ramón Jiménez en la imprenta que regentaba el matrimonio formado por Manuel Altolaguirre y Concha Méndez, un conocimiento que suscitó en el autor de 'Platero y yo' cierta contrariedad por la «ligereza de su amigo».

Realismo ardiente

Los Altolaguirre publicaron 'Pez en la tierra', un libro que constaba de 28 poemas y del que se tiraron 250 ejemplares. El prólogo fue escrito por Benjamín Jarnés, que elogió la expresividad de los poemas, la ausencia de artificios huecos y su claridad, características de la «auténtica poesía».

«He aquí un libro de poesía profundamente española. Realismo ardiente que se eleva a planos místicos, nunca empujándonos hacia la baja sensualidad. La poesía amorosa de nuestro siglo XVII tiene aquí una excelente continuación. [...] Poesía vigorosa y recia, por lo bien prendida a la tierra. Del arte de estos días ha sabido recoger el gracioso arabesco de unas hojas tiernas, primaverales; lo firme y robusto forma parte del tronco tradicional», escribió Jarnés. Para la escritora Pepa Merlo, autora de una antología de poesía de mujeres situadas en torno a la generación del 27, Ferreras es mucho más vanguardista que sus coetáneas. No obstante, Merlo destaca que la poeta es depositaria de otras influencias que puede considerarse tradicionales, de afiliación lorquiana.

Shirley Mangini, de la Universidad de California, considera que 'Pez en la tierra' es un libro de poesía vanguardista, una «obra sumamente erótica e insólita para aquellos tiempos».

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