El madrileño Jesús Navarro Lahera gana el IV Certamen de Microrrelatos Feministas de la UR con su obra 'Calentones'

El segundo premio ha sido para Cristina Rodríguez Mardones, de Logroño, por 'Reflejo', dotado con 300 euros

La Rioja

Jueves, 16 de octubre 2025, 10:48

El madrileño Jesús Navarro Lahera recibió este miércoles el primer premio del IV Certamen de Microrrelatos Feministas de la Universidad de La Rioja (UR),, dotado con 400 euros, por su obra 'Calentones'.

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El IV Certamen de Microrrelatos Feministas tiene como objetivo impulsar la producción literaria de la comunidad universitaria y de la población en general, así como reivindicar la visibilización y los derechos de las mujeres y trabajar en pro de la igualdad y de un mundo más justo.

Junto a Jesús Navarro Lahera, con el primer premio por su obra 'Calentones', el segundo premio ha sido para Cristina Rodríguez Mardones, de Logroño, por 'Reflejo', dotado con 300 euros; mientras que en la categoría local el premio ha sido para Ester Lorente Peñalva, por 'Manual de vuelo para mujeres' que fueron suelo, dotado con 200 euros.

En esta edición, la organización ha recibido 116 obras de países como Argentina, Colombia, Bélgica, Estados Unidos, Perú, República Dominicana, Uruguay, Alemania y Ecuador, además de España; que han sido recopiladas en un libro. Todos los relatos participantes deben tener un máximo de 150 palabras y ser de temática feminista, además de contener las palabras, mujer, huella y reflejo.

El jurado, compuesto por investigadoras del Grupo de Investigación 'Igualdad y Género' de la Universidad de La Rioja, intervendrá en una mesa redonda posterior al acto de entrega de premios, donde participarán las personas ganadoras leyendo sus relatos y recogiendo el cheque del premio.

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CALENTONES

Primer premio del IV Certamen de Microrrelatos Feministas

Jesús Navarro Lahera

Me gustan las tías, y no sé disimular cuando veo alguna que me llama la atención. Por eso, con la llegada de la primavera, dejo de ir al trabajo en metro y utilizo el coche. Lo malo son los atascos, y que hay mucho capullo suelto.

La otra mañana, como siempre, mantenía la distancia de seguridad, pero de pronto un despistado, tras dejar la huella del neumático en el asfalto, frenó contra mi parachoques trasero. Entonces me bajé para pedirle los papeles del seguro, aunque el energúmeno, nada más verme, me gritó entre otras lindezas que había sido mi culpa.

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Yo, en lugar de dar rienda suelta al acto reflejo de identificarme, traté con calma de razonar con él, pero no lo conseguí. Así que no me quedó más remedio que sacar la cartera ante la cara de sorpresa del tipo, que no esperaba que fuera policía además de mujer.

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