«Hasta hace poco solo había directores»

Clari Martínez es una mujer excepcional en el sentido más literal de la expresión. Hace unos años, en las reuniones de directores de colegios ella era la excepción porque era la única directora (ahora eso ya ha cambiado) y le ocurre lo mismo en su puesto de presidenta de un club de baloncesto regional. En un lugar tradicionalmente ocupado por varones, ella supone la excepción.

Esta profesora alcanzó la dirección del colegio Espartero de Logroño hace seis años. En ese momento, ella era de las pocas mujeres que formaba parte del equipo directivo de un centro educativo. «En Magisterio hay una mayoría femenina, pero curiosamente, a los cargos de responsabilidad solo llegaban hombres. Era curioso, aunque he de reconocer que ocurría en todos los ámbitos», señala esta orgullosa directora, que apunta que «en la enseñanza se daban casos llamativos. Por ejemplo, en Infantil estaban las 'señoritas' y en educación física estaba 'el profesor'. Se establecía una importante distinción de género que no se rompía. Ahora ya sí, ahora es diferente», explica. La justificación, si es que la hay, la encuentra en un hecho cultural: «Las mujeres eran siempre educadas para estar en casa, cuidar a los hijos... entonces no te planteabas entrar en los equipos directivos que exigen estar más tiempo en el centro y más dedicación».

Y Clari reconoce que ese lastre cultural se arrastra aún en otros ámbitos que llegan a la escuela: «Muchas veces, al impartir las clases nos faltan referentes femeninos, hay muy pocas autoras de literatura y prácticamente ninguna pintora, por ejemplo. Las niñas necesitan referentes».

La cultura también es 'culpable' de un hecho que ella observa con tristeza en su colegio: «Hay niñas a las que por tradición familiar, cultural o religiosa no les dejan seguir estudiando, cuando valdrían para ello. Eso da mucha pena», lamenta.

Pero además, Clari es excepcional porque aunque el baloncesto es un deporte donde hay una presencia importante de mujeres, la presencia femenina es muy escasa en puestos de responsabilidad. No es su caso, porque Clari Martínez ocupa el puesto de presidenta del club BBR. «Ahora hay alguna más, pero es que durante mucho tiempo no es que no hubiera presidentas, ni siquiera había entrenadoras» y cuenta la anécdota de que «cuando yo era entrenadora, los árbitros la mayoría de las veces se dirigían al delegado y no a mí. No concebían que yo pudiera ser la técnica».

Aunque ahora la situación ha cambiado, Clari reconoce que «hay muchas chicas que dirigen a equipos de niñas, pero luego ellas se van desvinculando y desaparecen, y ya no podemos decir que es porque se van a estudiar fuera como antes».