«En ciencia, hombres y mujeres vamos juntos»

Por fortuna. Así empiezan muchas de las frases de Carmen Torres (La Solana, Ciudad Real), catedrática de Bioquímica y Biología Molecular que dirige un equipo de investigación en la UR ('One health-UR') que busca desentrañar los secretos de las bacterias y hacernos más saludable la vida a los demás. Después de estudiar Farmacia, animada para la investigación, se especializó en Microbiología Clínica en el hospital Ramón y Cajal de Madrid a mediados de los 80. De allí, su vocación salió reforzada exponencialmente porque estuvo al lado de Fernando Baquero, jefe del servicio de Microbiología de dicho centro, al que Carmen Torres se refiere como «mi maestro». El hecho de sentirse una más y no verse discriminada por razones de sexo le han permitido a esta científica centrarse en su trabajo sin te

- ¿Se sintió extraña en aulas o laboratorios cuando apostó por la investigación?

- Soy consciente de que en los ochenta había pocas mujeres en el ámbito científico, pero nunca me sentí en un terreno extraño ni me he sentido en inferioridad por ser mujer. Ahora esto es más habitual.

- También cuenta el ambiente familiar y la estimulación que una encuentra en casa a la hora de emprender un camino.

- Yo he tenido mucha suerte y siempre he sentido el apoyo de unos padres con la mente abierta, tanto conmigo como con mis hermanos, a todos nos trataron por igual. Mi marido y mis hijos también apoyan mi tarea.

- ¿Ha notado en alguna ocasión que sus proyectos se veían arrinconados o lastrados frente a los de algún otro colega de profesión por ser mujer?

- No lo he sufrido. Siempre me he sentido valorada en mi actividad investigadora. Hay que hacer equilibrios para compaginar lo familiar y lo laboral.

- ¿Tiene más hombres o mujeres a su cargo en la universidad?

- Como mi ámbito es el de la biología, hay predominio de mujeres. Es en las ingenierías donde hay más hombres que mujeres, pero con los años se va viendo más equiparación, pero claro, también es cuestión de gustos.

- Se formó en Estados Unidos, ¿qué se trajo de allí?

- Me fui con una beca del Fondo de Investigaciones Sanitarias y estuve un año en el Chicago Medical Center. Me alojé en la Internacional House y colaboraba en la residencia para costearme la estancia. Allí convives con estudiantes de otras culturas, religiones y enfoques y cuando convives en ese ambiente te das cuenta que el respeto es clave y que todos tenemos más puntos de unión que de desconexión. Eso trato de inculcarlo a mi equipo. Todos podemos convivir. La clave es el respeto y escucharnos.

- ¿Cómo está el país en materia de investigación? Con la que está cayendo, ahora se echan de menos los recursos en ciencia.

- En España hay excelentes científicos que están y estamos muy valorados. Es cierto que hace falta más empuje económico. Invertir en investigación es invertir en futuro. Quedan retos pendientes no solo en mi campo, el de la resistencia de las bacterias a los antibióticos, COVID, cáncer, enfermedades degenerativas... Falta dinero, pero en ciencia, hombres y mujeres avanzamos juntos.