Claves de la masculinización facial: el tratamiento estético favorito entre los jóvenes

Ya es la tercera intervención más reclamada, según el doctor Andrés Bernete, especialista en masculinización facial y conocido médico estético con clínicas en Córdoba y Torremolinos, tras el injerto capilar y los neuromoduladores, más conocidos como bótox. La doctora Petra Vega, médica estética miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), coincide con el médico andaluz en la demanda, así como que dentro de los tratamientos estéticos faciales en hombres sería el segundo, pero en los menores de 35 llega a ser el primero.

Hay que tener en cuenta, apunta el doctor, que este tipo de intervención, al contrario que las quirúrgicas, es temporal y su duración depende en parte de los hábitos de vida del paciente.

Los laboratorios fijan esta duración en torno a un año. Pasado este tiempo, hay pacientes a los que se les reabsorbe el producto totalmente. La tendencia es que en 365 días se haya reabsorbido en más del 90%. Si queda un remanente y el paciente decide volver a optar por el tratamiento, puede que haya que poner menos dosis que en la primera intervención.

En cuanto a este número de dosis, cambia dependiendo del paciente y de la valoración médica. Y eso influye en el coste total del tratamiento.

Los viales de ácido hialurónico oscilan en torno a los 300 euros. El mínimo, explica la doctora Vega, es un vial y el máximo son seis, que es el número autorizado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Lo más habitual, explican los expertos, es que se necesiten entre cuatro y seis viales. Sobre el precio, depende de la marca de relleno y de los honorarios, pero podría oscilar desde un mínimo de 450 hasta los 4000 euros.

¿Y cuál es la edad media a la que se accede a la masculinización facial? El especialista andaluz nota cómo la medicina estética para hombres, en general, y entre los jóvenes, en particular, ha experimentado un auge en los últimos años. La media, según el profesional, sigue entre los hombres de 30 y 50 años, pero cada vez son más las personas que, a partir de los 25 años, optan por este retoque. La directiva de la SEME rebaja esa edad media entre los 25 y los 35 años. Vega, además, explica que ha aumentado la demanda en los jóvenes de entre 18 y 35 años, no así entre los pacientes mayores de 50 años.

Según el informe de SEME, en base al análisis de las respuestas de un grupo representativo de 1.500 personas, el perfil de los pacientes que acude a la medicina estética general sigue siendo el de las mujeres de 35 a 54 años. Ellas son un 69% frente al 31% de los hombres.

Tal y como apuntaba Bernete, este estudio también pone de manifiesto un aumento del uso de la medicina estética entre los más jóvenes, de 16 a 25 años (14-20%), y de personas mayores de 45 años (28-38%). Unos datos que refrendan las conclusiones del anterior informe de SEME, fechado en 2021, donde ya destacaban que «la entrada de un público más joven, cuya edad desciende a los 26 años influenciada por las redes sociales. Así como un ligero aumento constante del target masculino.»

La masculinización facial, según explica Bernete, cuenta con tres tipos de pacientes. El que más se realiza el tratamiento es el hombre hetero, pero también hay mucho público gay y bisexual. A estos dos perfiles de público objetivo hay que sumar a los hombres trans, que suelen optar por la mandíbula como parte de su proceso de transición.

Tanto la SEME como el doctor Bernete coinciden en cuáles son los tratamientos estéticos más demandados por los hombres. El primer lugar lo ocupan los retoques que ayudan a corregir la alopecia; seguidos de la toxina botulínica, más conocidos por la marca específica bótox, y la mandíbula, donde entraría la masculinización facial, en tercer lugar.

La sociedad médica va más allá y aclara que, entre los tratamientos estéticos faciales en hombres, la masculinización facial estaría en el segundo puesto, sólo por detrás de la toxina. Y que llegaría al primer lugar en los menores de 35 años. En el caso de las mujeres, Vega señala que la toxina es el tratamiento más demandado por ellas; seguido de la celulitis, y la flacidez facial.

La masculinización facial es un tratamiento no quirúrgico que se realiza con ácido hialurónico en distintas zonas de la cara como la mandíbula y el mentón, pero hay algunas operaciones que pueden conducir a este fin aunque no entren dentro de este retoque. Entre ellas, la mentoplastia, procedimiento quirúrgico que se realiza para modificar la forma o el tamaño del mentón.

Según el último informe de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SEPCRE), que data del 2022, 423 hombres se sometieron a esta intervención. Si bien, para ambos sexos, es la menos frecuente. En un año se realizaron 878 intervenciones de este tipo, un 0,4% respecto del total. Hay que tener en cuenta que en este caso, el procedimiento incluye la necesidad de quirófano, anestesia y en ocasiones estancia hospitalaria, lo que incrementa el tiempo y el coste.

La cirugía de la cabeza, donde entran operaciones como la mentoplastia (para el mentón), rinoplastia (nariz) u otoplastia (orejas), supone el 23,7% para ambos sexos. Un dato que sube al 54% solo entre los hombres, seguido del 19,6% que opta por la cirugía de mama, el 13,5% que busca la liposucción, el 9,4% que se somete a la cirugía corporal y el 3,4% que se decanta por los rellenos con grasa autóloga.

Entre las mujeres pasa lo contrario: el 58,2% se somete a la cirugía de mama mientras el 18,5% opta por la cirugía de la cabeza.

Eso sí, aunque el porcentaje de mujeres que se somete a la cirugía de la cabeza sea inferior al de hombres, ellas son más. Las mujeres, según los datos del SECPRE, que eligieron alguna de estas intervenciones fueron 32.430 frente a 15.992 hombres. En total, 172.921 se sometieron a una intervención de cirugía estética frente a 29.589 hombres en 2022.

En general, el grupo de edad que más se somete a intervenciones quirúrgicas de la cabeza es el de 45 a 60 años, con 17.459 personas, seguido por los jóvenes de entre 18 y 29 años, con 10.919 y del grupo que va de los 30 a los 44 años que son 10.508. El número se reduce entre los menores de edad, sólo 2.116 personas, y entre los mayores de 60 años con 7.420 personas.