Ágora

A vueltas con la Vuelta

Miércoles, 17 de septiembre 2025, 22:30

Nuestro país ha copado estos días los titulares de medios de comunicación a nivel mundial por las protestas que han paralizado la etapa final de ... la Vuelta Ciclista a España en protesta contra la participación de un equipo israelí en esta competición.

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Que la sociedad española y sus instituciones se movilicen ante lo que está haciendo Israel en Gaza deberíamos verlo como algo positivo, porque la condena ante la destrucción indiscriminada y los miles de muertos es una reacción ética, humana y necesaria. El gobierno de Netanyahu, con la aquiescencia de Estados Unidos, lleva tiempo sobrepasando todos los límites, violando gravemente el respeto a los derechos humanos. Hasta ahora, la respuesta internacional, incluida la de la Unión Europea, ha sido muy tibia, callando ante las atrocidades que se están cometiendo. Por tanto, que empiece a haber movilizaciones y que el gobierno adopte medidas es algo saludable democráticamente y, a este respecto, resulta muy llamativa la reacción del ex primer ministro francés Dominique de Villepin, de ideología conservadora, al decir que «España está salvando el honor de Europa».

En este sentido, que nuestro actor más internacional, Javier Bardem, haya llevado esta reivindicación a la gala de los premios Emmy, es algo también digno de reconocimiento. Frente a aquellos que le han atacado, habría que recordarles la fuerza que tiene el lobby judío en Hollywood y que el simple hecho de posicionarse podría conllevar para él serias consecuencias, como dejar de ser contratado. Su gesto ha sido muy valiente.

La sociedad debe seguir movilizándose, porque hay causas para hacerlo, pero siempre de manera pacífica, sin utilizar la violencia

La movilización, por tanto, es legítima y da muestras de una sociedad comprometida, que no quiere quedarse de brazos cruzados ante el horror que vemos día a día. Pero, volviendo a la Vuelta, lo que podríamos discutir es si las formas utilizadas en este caso han sido las correctas, porque boicotear una competición deportiva y poner en riesgo la seguridad de los ciclistas quizá no haya sido la mejor manera de hacerlo. Y se podría discutir también si el dispositivo de seguridad fue correcto, poniendo en riesgo la integridad de los agentes, como ellos mismos han denunciado. Es verdad que la gran mayoría de los que protestaban lo hicieron de manera pacífica pero, como pasa siempre, hubo algunos que buscaban liarla. Y, efectivamente, la liaron.

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Dicho esto, sería injusto tratar de trasladar la idea de que todos los que protestan lo hacen de manera violenta, porque no es verdad. Y tampoco es aceptable decir que todos los que critican a Israel apoyan a Hamás o son antisemitas, porque una cosa no tiene nada que ver con la otra. No deberíamos dejarnos amedrentar por estos argumentos. La sociedad debe seguir movilizándose, porque hay causas más que evidentes para hacerlo, pero siempre de manera pacífica, sin utilizar la violencia. Y precisamente para no caer en el antisemitismo, teniendo claro que la condena a las acciones de un gobierno no puede significar el ataque o la estigmatización de la comunidad judía en general.

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