Pueblos paralelos
Convendría reflexionar si este fenómeno de construcciones diseminadas, a las que hay que dotar de accesos, luz y agua, tiene algún sentido
La Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo de La Rioja pone ahora la lupa en Albelda de Iregua, entre otros municipios, después de haber dejado en evidencia anteriormente la permisividad urbanística de Arnedo y Villamediana.
No hay que abrir mucho los ojos para ver que a los lados de la N-111 se extiende una Albelda paralela de chalés y viviendas unifamiliares. Las hay de diferentes tamaños, de diversos diseños y con todo tipo de complementos estructurales (con o sin piscina, con o sin frontón...). Su concatenación compone una trama urbana continuada a la vera de la también conocida como carretera de Soria.
Estas construcciones llevan allí décadas y, durante este tiempo, han servido de válvula de escape para los urbanitas (aunque a un cuarto de hora de la capital de La Rioja, todo hay que decirlo). Son auténticas viviendas, algunas de generosas hechuras, destinadas a cobijar el descanso en los fines de semana o por vacaciones.
Más allá de las irregularidades que la Justicia pueda apreciar (en los casos en los que las haya), el foco que los tribunales ponen sobre este urbanismo colonizador, desmedido y excesivo debería hacernos pensar en qué planeamiento queremos para nuestros municipios.
Mientras muchos pequeños pueblos, en constante regresión demográfica, claman por mantener los servicios básicos que les permitan intuir un futuro; convendría reflexionar si este fenómeno de construcciones diseminadas, a las que hay que dotar de accesos, luz y agua, tiene algún sentido.
