«El buen ciudadano debe amar a todos, dar lo bueno y tener compasión de los malvados»
Nicolás Maquiavelo
Allá por el 2006, implantó el ... Gobierno una asignatura llamada 'Educación para la Ciudadanía' (EpC). La materia, que nacía a petición del Consejo de Europa y equiparaba a España con los países democráticos de su entorno, tenía como objetivo «favorecer el desarrollo de personas libres e íntegras a través de la consolidación de la autoestima, la dignidad personal, la libertad y la responsabilidad y la formación de futuros ciudadanos con criterio propio, respetuosos, participativos y solidarios, que conozcan sus derechos, asuman sus deberes y desarrollen hábitos cívicos para que puedan ejercer la ciudadanía de forma eficaz y responsable».
Ocurrió, sin embargo, que lo más reaccionario de la sociedad patria lanzó una campaña de odio y desinformación contra la EpC, tachándola de adoctrinadora, cuando, el que suscribe, la estudió con su hija –entonces en edad escolar– sin hallar el mínimo atisbo que atentara contra la libertad del ser humano. Por desgracia, la asignatura se diluyó por obra y gracia de la infame Ley Wert.
Y aquí estamos, con aquella minoría ultraconservadora que hace 14 años echaba fuego por la boca contra la EpC, ahora convertida en una nutrida fuerza de poder político y sectario y, quién sabe si, dentro de no mucho tiempo, a los mandos del Gobierno de España. Y esta secta poco sabe de educación ni de doctrina, porque su doctrina y su educación son las únicas y las verdaderas.
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