Soy vecino del centro de Logroño desde hace más de una década y, como muchos otros residentes, me veo cada vez más afectado por un ... problema que parece agravarse con el paso del tiempo: el ruido nocturno. Especialmente durante las noches de fin de semana, cuando las calles se llenan de personas que alargan la fiesta hasta altas horas. No se trata solo del bullicio normal de una ciudad, sino de gritos, música a todo volumen, botellones y comportamientos incívicos que impiden el descanso de quienes vivimos aquí. Creemos que debe existir un equilibrio entre el ocio y el derecho al descanso. El ruido constante tiene consecuencias sobre la salud física y mental, y no podemos seguir ignorando este impacto.
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